Mateo Isern tomó ayer posesión como alcalde de Palma y adquirió el compromiso de «poner orden en las cosas», gobernar para todos y luchar contra el paro. «Me comprometo a decidir con sentido común, bajo criterios de eficiencia, poniendo las necesidades reales de los ciudadanos por encima de cualquier otra consideración política, ideológica o de partido», manifestó.
Isern, que consiguió el voto de casi 70.000 ciudadanos en las pasadas elecciones del 22 de mayo, se mostró muy conciliador y aseguró que gobernará «escuchando a los que nos votaron y a los que no lo hicieron, sin dar la espalda a nadie. Será un ayuntamiento abierto y cercano a los palmesanos, que contará con los afectados a la hora de tomar decisiones». El alcalde también tendió la mano a su predecesora, Aina Calvo, a la que también agradeció su trabajo durante estos cuatro años.
Austeridad
Durante su intervención expuso los ejes vertebrales de su acción de gobierno, que estará marcada por la austeridad y la recuperación económica. «Es obvio que la grave crisis condicionará toda nuestra acción de gobierno, pero no haremos nada que no hayan hecho ya las familias de Palma: ajustar sus gastos a sus ingresos actuales», argumentó. Así, anunció que disminuirán los altos cargos y darán más protagonismo a los funcionarios. «Tendremos que priorizar y elegir, y eso supondrá sacrificios», espetó. «Los próximos cuatro años no serán los de las grandes y costosas infraestructuras», apuntilló.
El máximo responsable de Ciutat admitió que todo ello no será fácil, ya que no subirá los impuestos y no recortará las políticas sociales. «Que nadie dude que estaremos a su lado para ayudarlos, no sólo a sobrellevarlo, sino también a salir de su precariedad a través de políticas de integración social». En este sentido, destacó que la lucha contra el paro «centrará una parte fundamental de nuestras acciones y decisiones de gobierno».
«No hay nada más injusto que la ruptura de miles de proyectos de vida por la imposibilidad de encontrar un trabajo», subrayó. Ante este panorama, adelantó que «no me sentaré a esperar brotes verde, ni aguardaré hasta que pase el temporal. Trabajaremos desde el primer minuto para facilitar la creación de puestos de trabajo». Para ello, establecerá las condiciones que permitan a los pequeños y medianos empresarios generar empleo, así como ayudas a los emprendedores. «No se trata de repartir miseria, sino de crear riqueza», apostilló.
El turismo será el motor con el que pretenden recuperar la economía. Para ello, el alcalde anunció que se centrará en terminar las obras del Palacio de Congresos, paralizadas desde el viernes, y acometer la reforma de la Platja de Palma. Convertir Ciutat en un destino turístico los 365 días del año es otro de sus objetivos, para lo que es necesario que Ciutat sea segura. Otro de sus compromisos fue el de «transparencia en la gestión y vigilancia y nula tolerancia ante cualquier comportamiento deshonesto».
Valores
Isern también destacó la importancia de los valores. «Por encima de cualquier ideología, debemos recuperar la importancia de todos aquellos valores que nos ayuden a construir una ciudad mejor». Entre otros, mencionó la familia, la juventud y los mayores, a los que «les corresponde disfrutar la vida; los sacrificios o recortes deberán ser asumidos por otros colectivos».
En materia cultural se centró en la lengua. «En el ámbito cultural no haremos otra cosa sino adaptar las políticas a la realidad de una ciudad bilingüe», manifestó. «La lengua es un elemento que contribuye a la riqueza de nuestro patrimonio cultural y constituye la herramienta fundamental de comunicación, pero en modo alguno debe convertirse en un vehículo exclusivo al servicio de una ideología, cualquiera que sea».