El pleno de constitución del Ajuntament de Campos siguió ayer un guión casi de ficción al que se añadió la tensión y la indignación en una sala de plenos arrebatada de simpatizantes de los partidos y vecinos del pueblo.
Como ya ocurrió hace cuatro años, hasta el último minuto los campaners no conocieron los detalles de las alianzas ni de las «jugadas políticas» ya que estaba en el aire la reedición del pacto CpC y +Acció, una hipotética entente entre +Acció y el PP o un gobierno en minoría de los 'populares'.
Así, Joan Juan, candidato de Campos pel Canvi -formación que integra PSM, Entesa y PSOE-, recibió los tres votos de sus regidores para investirlo como alcalde con los cuatro apoyos de +Acció.
En este instante, el regidor de CpC, Guillem Vidal, mostró su desacuerdo con la situación. «Discrepo de los votos de +Acció porque han esperado a votar hasta ver que levantaba el brazo. No puedo aceptarlo después de todo lo que ha ocurrido estos dos últimos días», sentenció Vidal.
El candidato del PP, Sebastià Sagreras, pidió un «descanso» para estudiar los hechos mientras era fuertemente ovacionado por parte del público y exigió la repetición de la votación ya que «el futuro de un pueblo no puede decidirse por jugadas políticas».
Sin embargo, el regidor de más edad, presidente de la mesa y concejal de CpC, Francisco Blasco, desveló la «validez» de la votación.
Por su parte, el actual alcalde, Joan Juan, manifestó: «Me siento como si me hubieran tirado a las ruedas de un coche». «Nosotros no tenemos ningún pacto con nadie, sólo he pedido el voto a CpC y ahora me veo con tres regidores en el equipo de gobierno y diez, en la oposición».
Por su parte, el popular Sebastià Sagreras tildó el «espectáculo» de «golpe de estado» en el que «se ha prostituido la voluntad del pueblo». «Consultaremos a nuestros asesores jurídicos porque Campos se merece seny y no este fraude que siempre viene de los mimos», aseveró.