Mientras los narcotraficantes de Son Banya no dejan de ganar dinero en cantidades obscenas, el Ajuntament tiene que gastarse 25.000 euros en demoler las obras ilegales en el poblado. Ese fue el coste del gran operativo que se llevó a cabo el martes por la mañana en el gueto, y que se prolongó hasta la tarde.
En el despliegue participaron 30 agentes de la Policía Nacional y 35 de la Policía Local de Palma, que dieron cobertura a los operarios municipales y a los celadores de Urbanisme que llevaban a cabo las demoliciones.
No se registraron incidentes con los residentes en el poblado precisamente porque el despliegue policial fue tan contundente, según indicaron en fuentes del cuartel de San Fernando, que añadieron que la consigna municipal es: "Tolerancia cero con las infracciones urbanísticas en son Banya".
Un total de seis trabajadores municipales, con dos retroexcavadoras de 45 y 35 toneladas y una pala excavadora destruyeron siete casetas de los narcos, donde vendían droga, así como la pista de 90 metros de largo por 20 de ancho, y la rotonda con un barco.
Toda aquella zona, de 8.000 metros cuadrados, había sido cubierta de hormigón de dudosa calidad, adquirido por los narcos en empresas de Palma. Durante diez días, los traficantes levantaron el nuevo poblado con total impunidad, trabajando sobre todo por las noches.
Todo el nuevo poblado costó más de 200.000 euros a los ocho clanes que dirigen ahora el 'súper' de la droga. Y el material comprado fue pagado en negro.