Miguel Ángel Miranda, catedrático de Zoologia e investigador del Instituto de Estudios Agroambientales de la Universitat de les Illes Balears (UIB), espera que las autoridades hayan conservado el vaso con café presuntamente contaminado por insectos en el aeropuerto de Palma que ha llevado a la UCI de una clínica de Palma a una joven que lo ingirió.
Con toda la cautela, porque solo ha podido ver la fotografía del vaso en cuestión, Miranda descarta a priori que se trate de mosquitos y apunta a otro tipo de insectos. «Imagino que se los habrá quedado la policía y que los hará llegar a un entomólogo profesional para que los analice, porque estamos ante un caso muy extraño», dice.
La joven de 21 años ha estado 36 horas en la UCI tras sufrir una grave reacción alérgica, al beber un café presuntamente contaminado con insectos de una máquina expendedora del aeropuerto de Palma. La máquina en cuestión ha sido precintada y los hechos han sido denunciados ante la Policía Nacional que investiga si se ha cometido un posible delito contra la salud pública y de lesiones imprudentes.
Todo ocurrió el lunes a media mañana cuando la joven sacó un café de la máquina y según testigos presenciales al beber de él notó un sabor extraño. Al mirarlo con la cucharilla encontró restos de insectos. Sufrió un shok anafiláctico y tuvo que ser trasladada de urgencia a una clínica de Palma donde ha permanecido tres días en la UCI.
Fuentes solventes del sector de exterminación de plagas muestran también su desconcierto sobre el caso sucedido en Mallorca que ha tenido eco a nivel nacional. «Es algo nunca visto hasta ahora», dicen. Reconocen que «no es improbable que una mosca ponga huevos en la zona sucia de una máquina de vending de café (la rejilla sobre la que caen los restos una vez se llena el vaso), pero no se entiende cómo pueden haber ido a parar insectos al vaso cuando este tipo de máquinas tienen el agua en compartimentos estancos o bien la cogen directamente de red, pero la pasan siempre por un filtro», explican.