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Muro no se rinde a perder su 'paraíso' de Capellans

Los restaurantes de la playa de Sa Caseta des Capellans volvieron a montar sus terrazas a principios del verano de 2023. | Lola Olmo

| Muro |

El Ajuntament de Muro ha visto frustradas sus aspiraciones de mantener todas las casitas y las terrazas de los tres restaurantes de Sa Caseta dels Capellans fuera del dominio público marítimo-terrestre que marca la Ley de Costas. Esta zona comunal de Muro, situada junto a una de las playas de Mallorca más populares y visitadas, constituye el último tramo del perímetro de la Isla donde el Estado no ha fijado un deslinde definitivo.

Los dos intentos por trazar esta línea imaginaria que determina si hay que pedir o no autorización a Costas para disfrutar de estas casas o para montar terrazas sobre la arena de la playa, ha recibido una fuerte oposición por parte de los vecinos de Capellans. El primero fue en 2009, cuando hubo manifestaciones en contra, y el segundo comenzó en 2021 y los residentes han respondido presentando dos mil alegaciones.

En 2009 hubo otro intento de fijar el deslinde de Costas que contó con una fuerte oposición de los vecinos de Muro.

El último expediente de deslinde iniciado por la Demarcación de Costas en febrero de 2021 ha caducado. Esta propuesta afecta a las terrazas de los tres restaurantes de la playa de Capellans - Can Gavella, La Ponderosa y Opa & Oma y a 23 casitas que disfrutan otras tantas familias de Muro.

Distinta interpretación

Tanto el Ajuntament de Muro como la Associació de Veinats de Capellans han presentado miles de alegaciones contra este deslinde. Estas no han sido contestadas y el expediente ha caducado. Esta situación deja en el limbo a los restaurantes, que este verano han montado sus terrazas sin autorización ante la falta de respuesta de Costas a su propuesta de reducir un 25 % las sillas y mesas sobre la arena.

«El deslinde propuesto hace dos años ha caducado, prevalece el anterior y por tanto podemos volver a montar las terrazas con la ocupación que teníamos antes; seguiremos luchando por mantener nuestros negocios, que llevan toda la vida en Capellans», apunta Jaume Perelló, propietario de Can Gavella y presidente de la Asociación de Empresarios de Concesiones y Explotaciones de Servicios Temporales en Dominio Público Marítimo Terrestre de Mallorca (Adopuma) que crearon el año pasado a raíz de que Costas no autorizara sus terrazas. Pese a su batalla legal por mantener estos tres negocios que llevan décadas explotando las mismas familias en Capellans, los empresarios han empezado a invertir en otras zonas ante la inseguridad de qué pasará con sus locales.

El alcalde de Muro, Miquel Porquer, interpreta la situación a la inversa. «También creíamos que una vez caducado el expediente del deslinde volvíamos al anterior, que no nos afecta; pero resulta que a efectos jurídicos, el que tiene validez es este deslinde de 2021 que nos obliga a pedir las autorizaciones a Costas».

Con la vía judicial agotada, Consistorio y empresarios se aferran a la esperanza de que con el reciente traspaso de las competencias de Costas a la Conselleria del Mar haya más facilidades para tramitar estos permisos para la temporada de verano. Cada local paga unos 30.000 euros al año de canon a las arcas municipales. En 2002 se plantaron, al ser el primer verano en la historia sin poder montar terrazas, pero en 2023 han vuelto a montar las sillas y mesas sobre la arena por su cuenta y riesgo y han abonado el importe.

En mayo de 2022 el Secretario de Estado Hugo Morán visitó Capellans con las autoridades de Muro y autonómicas.

Los antecedentes

Los vecinos han presentado miles de alegaciones contra el nuevo deslinde. El Ajuntament de Muro también ha alegando que Capellans es un bien comunal y que esta figura prevalece a la de dominio público. En mayo de 2022 el Secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, visitó Capellans para conocer el problema in situ acompañado por las autoridades autonómicas y todo el Consistorio de Muro. Pero todo ha seguido igual.

El Estado ha dejado caducar el expediente sin una solución definitiva. El Ajuntament interpreta que las 23 casas y las terrazas de los tres restaurantes siguen afectadas, pero los empresarios que explotan estos tres negocios consideran caducado el nuevo deslinde y este verano han montado sus terrazas pese a no tener autorización para ello.

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