Sóller es uno de los municipios donde más ha empeorado la situación epidemiológica en la última semana, ya que se ha pasado de 21 casos activos a 63, debido al brote que se ha detectado en la residencia de mayores Bell Entorn. Se trata de un crecimiento del 200 %.
Lo cierto es que este centro dejaba ya este martes 82 positivos activos, de los que 48 permanecen hospitalizados y cuenta con seis fallecidos oficiales (aunque según fuentes de la residencia serían cinco decesos por COVID y tres más por otros motivos).
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El director del IB-Salut, Juli Fuster, explicó que «muchas veces las personas que mueren tienen multipatologías y a veces cuesta identificar el motivo de ahí el retraso de la certificación de fallecidos».
Fuster explicó que «no es competencia de Salut hacer un seguimiento de las residencias», donde sólo se interviene si se detecta un problema o algún caso positivo, y abaló la actuación en Bell Entorn donde se han realizado dos cribados.
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Por otra parte, defendió que la conselleria hubiera intervenido este centro porque «descubrimos que faltaba personal y que los circuitos no estaba bien delimitados por lo que se mezclaban positivos con no positivos y había una fuente de contagio», dijo.