El Ajuntament de Palma da marcha atrás en la controvertida regulación de las autocaravanas. Una vez concluido el periodo de alegaciones a la ordenanza cívica, el texto definitivo se ceñirá a lo que ya estipula la normativa de circulación, de modo que será sancionable la acampada en zonas no autorizadas (y Palma no tiene ninguna zona autorizada, ni la va a tener próximamente), pero el hecho de residir en uno de estos vehículos no será sancionable per se, mientras la actividad no trascienda al exterior ni genere molestias.
En concreto, el estacionamiento de autocaravanas estará prohibido si el vehículo despliega cualquier elemento que sobrepase su perímetro (como toldos, mesas o sillas) o las patas de apoyo y si genera ruidos u olores. Es decir, la ordenanza ya no se fija en lo que se haga dentro del vehículo. Como cualquier otro coche, no podrá permanecer más de diez días en la misma ubicación. También se prohíbe el estacionamiento de remolques sin su vehículo tractor. En cualquier caso, no habrá sanciones económicas en casos de personas en situación de exclusión social.
De este modo, el Ajuntament finalmente se limita a ceñirse a la normativa de circulación, como le pedían las plataformas de caravanismo recreativo, y suprime del texto la prohibición del «uso de vehículos utilizados a modo de vivienda con signos de permanencia» que contenía la versión anterior. Una redacción que las asociaciones recreativas cuestionaban por su ambigüedad, y que la izquierda también condenaba por cómo afectaba a las personas vulnerables que residen en caravanas. Así, Cort no sancionará por pernoctar en autocaravanas, «igual que en un coche», según ha expuesto el alcalde, Jaime Martínez.
156 caravanas en puntos calientes
Por otro lado, Cort ha llevado a cabo una radiografía de los asentamientos de caravanas en Palma y ha localizado un total de 156, algunas desocupadas, aunque sólo en zonas donde se concentran estos vehículos, sin contar los casos puntuales que pueda haber desperdigados a lo largo y ancho de la ciudad. En cualquier caso, muy lejos de las 5.000 que el alcalde llegó a afirmar que había, el pasado enero.
Serveis Socials ofreció ayuda a las personas en estas autocaravanas; de todas las entrevistas, sólo una cuarta parte aceptaron ser atendidos. En Es Carnatge y Ciutat Jardí se contabilizaron 24 de estos vehículos y la mayoría de sus ocupantes rechazaron la entrevista municipal declarando que estaban en la caravana de forma voluntaria como turistas. En Son Güells se han identificado 51 caravanas con 23 personas (dos de ellas menores) y en Son Dameto Dalt se contaron 21 caravanas, pero los trabajadores municipales no encontraron a nadie en su interior
Es llamativo el caso del aparcamiento de Son Hugo, donde más casos de familias con menores se encontraron: se identificó a 31 personas, la mayoría adultos en edad laboral (que llevan años viviendo en estas condiciones, apuntaron), a los que se suman cinco menores. Además, Cort ha detectado que un mismo propietario tiene alquilados hasta cinco de estos vehículos como vivienda, y estudia medidas para actuar contra él. Algunas no tienen matrícula, no funcionan o son remolques sin su vehículo tractor.
Otro dato que ha compartido el alcalde es que según los datos de las navieras, un 5 % de las autocaravanas y un 40 % de los remolques que entraron el año pasado en Mallorca no han vuelto a salir. Así, entre caravanas y autocaravanas se quedaron 200 unidades en la isla en 2024.
La ordenanza cívica, que también regula cuestiones como el uso de patinetes, los graffitis o las visitas turísticas con guía, se aprobará en el pleno de este mes de abril y entrará en vigor previsiblemente en mayo, cuando se haya publicado en el Boletín Oficial (BOIB). No habrá periodo de adaptación, salvo para lo relativo a las visitas guiadas.