Al final la presión vecinal ha podido frenar la intención del Ajuntament de Palma de talar los bellasombra de la plaza Llorenç Villalonga. Al menos, de momento. Al grito madrugador de '¡No a la tala!', un centenar de personas se han citado junto a los árboles que estaban sentenciados según un informe del área de Parcs i Jardins, mientras esperaban técnicos agrónomos, una veintena de policías nacionales y locales y un buen puñado de medios. Los convocantes se habían reunido junto a los árboles antes del amanecer, a las siete y media de la mañana, ante la previsión de la tala por parte de la regiduría de Infraestructures.
Después de una hora y media de protesta, debate y explicaciones por parte de de los técnicos a los asistentes, se ha decidido llevar a cabo un vallado perimetral ante la posibilidad de la caída de ramas, por lo que se querían evitar incidentes en caso de que haya personas debajo del árbol. A todo esto, el lunes por la tarde habían presentado un contencioso ante el Ajuntament para intentar parar la tala.
A pie de árbol, Urbano Sánchez-Pastor, jefe del departamento de Infraestructures, ha advertido que después de hablar con la regidora del área, Belén Soto, se ha decidido por parte de la concejalía «convocar la mesa Palma Verde», que equivaldría a la Mesa del Árbol de la legislatura pasada, «que cambiará sus estatutos y tendrá otro alcance». De esta manera, se convocará a los asistentes a la manifestación, así como entidades como la Federació de Veïns de Palma o la Asociación Balear del Árbol.
La presidenta de la Associació de Veïns de sa Calatrava, Edita Navarro, descarta que hubiera intereses económicos para proceder a la tala: «Ellos [los hoteles de la plaza Llorenç Villalonga] también quieren una zona verde y limpia». Pese a que era bien pronto, los ánimos estaban caldeados y un centenar de personas exigían explicaciones a los técnicos agrónomos allí presentes, mientras denunciaban que no habían recibido información de la tala. Una de las quejas es que se iba a proceder a la tala de los árboles casi por sorpresa, avisando el viernes por la tarde y sin tener acceso hasta el pasado lunes de los informes que acreditaban de la necesidad de su tala.
Jaume Garau, vicepresidente de Palma XXI, ha advertido que «queremos ver a los responsables políticos». Mientras tanto, los técnicos, ingenieros agrónomos, explicaban a los vecinos en qué estado se encontraban los árboles. «Las ramas más altas están sufriendo pudriciones», y han mostrado con ejemplos en el tronco de uno de los árboles como la madera se deshacía con las manos. Los asistentes proponían la búsqueda de una solución menos radical. «¿No existe una curación?».
Edita Navarro, de sa Calatrava, ha señalado que los vecinos «queríamos estas explicaciones. Es lo que pedíamos desde el viernes por la tarde. Hemos vivido cortes radicales pero luego los árboles se sobreponían y luego casi todos revivían». El objetivo era evitar la tala a toda costa de unos ejemplares que cuentan con más de 70 años de vida y que se han convertido en parte del paisaje urbano de esta zona del Casc Antic. Y una de las quejas que más se repetía contra el equipo de gobierno es que «los ciudadanos no contamos para nada. Esta reunión se tenía que haber hecho antes. Queremos que los ciudadanos tengamos comunicación con el Ajuntament y podamos participar en sus decisiones. Esta es una reacción a lo que pueda pasar con nuestros árboles».
En la reunión también ha estado Angélica Pastor, concejala socialista de la oposición y que en la legislatura anterior fue regidora de Infraestructures. «Estos árboles ya se detectaron enfermos y se llevaron cuidados en 2018. Esta ha sido la opción que tomamos en aquel momento para conservar el arbolado y se convocó a la ciudadanía para informarle. Para nuestra sorpresa, en esta legislatura no se nos ha pasado el informe que justifica la tala, no hay un plan de arbolado y no sabemos si quieren hacer una plantación de árboles. Las plantaciones populares que llevábamos a cabo con los ciudadanos ya no se hacen».
En la legislatura anterior se hicieron famosos los 10.0000 árboles que plantó el anterior alcalde, el socialista José Hila, que además colocó un contador de árboles en Plaza España. Sin embargo, una de las primeras medidas que llevó a cabo el nuevo Consistorio fue arrancar ese contador de árboles. Se desconoce si habrá un plan de plantación de árboles en esta legislatura, mientras la ciudad va acumulando récords de temperatura en verano.
Cristina Llorente, presidenta de Palma XXI, ha asegurado que «en esta reivindicación se reclama que se convoque la Mesa del Árbol y se informe a los vecinos de las acciones que se lleven a cabo con los árboles. Queremos que se revise el sistema de podas, que sean convenientes en cada momento, y que sea consensuado con todas las partes». Ante el rumor de que podría haber intereses para que se eliminar los árboles de la plaza, por la presencia de un par de hoteles de lujo en la zona, Llorente ha explicado que «siempre hay una sombra de sospecha, son conjeturas, tenemos que confiar en que los técnicos son neutrales. Pero es lógico que haya sospechas por la situación de los árboles».
Por su parte, Neus Truyol, regidora de Més, ha opinado que «el Ajuntament ha actuado de manera totalmente irresponsable. La tala de árboles siempre genera mucha preocupación entre los vecinos. El Ajuntament del PP ha querido actuar de manera unilateral y sin dar ningún tipo de explicación ni razonamiento. Los vecinos están muy molestos y solo quieren explicaciones, intentar conservar al máximo el arbolado público. Los árboles son un valor en la ciudad. Son nuestro patrimonio, nos dan sombra, luchan contra el cambio climático. Por tanto, se han de conservar». La regidora cree que cuando no hay explicaciones «hay toda una serie de hipótesis y desconfianzas, que son lógicas en un contexto como este». Truyol lamenta que no se presentara ningún responsable político del PP para dar explicaciones y que hayan sido los técnicos los que hayan tenido que hacerlo«.
Entre los asistentes también estaba Desiré Sicilia, doctora en Botánica y miembro de la Asociación Balear del Árbol, que se mostró muy crítica con la tala. «Este árbol (los bellasombra) no admite poda de formación y no tiene una pudrición activa». En Palma existen 40.000 árboles en espacios públicos y otros 40.000 en zonas verdes.