Veinticinco años realizando excursiones por Mallorca. Trail running. Largos paseos. Ésa había sido la rutina deportiva mantenida por dos amigos, de unos cincuenta años de edad, por diversos municipios de la Isla; uno de ellos, Llucmajor; donde el pasado fin de semana, una discusión con el propietario de una finca por el paso a través de un tramo controvertido, les supuso «insultos, golpes con un martillo y hasta amenazas de muerte», tal y como describe uno de ellos, que logró registrar en vídeo el encontronazo y la agresión.
El incidente tuvo lugar el pasado sábado 14 de septiembre aunque la historia conflictiva del Camí de Ses Covetes se remonta a unos meses antes. «Es un lugar de mucho tránsito, hace años que tanto nosotros como otros senderistas, ciclistas y deportistas, disfrutamos de la zona. De repente, en enero, junto a la Hípica Can Blau; vimos unos bloques de paja que cerraban el camino», explican los dos afectados. En aquel momento, continuaron su excursión y trasladaron la queja junto a otros amantes del camino al Ajuntament de Llucmajor que acabó por derivarla al Seprona. No se sacó nada en claro. Las balas de paja continuaron impidiendo el paso «hasta que, cuál fue nuestra sorpresa, al ver, este sábado, que había sustituido las balas de paja por una alambrada».
Al encontrarse el cambio, los dos excursionistas tomaron la decisión de seguir adelante a pesar del cierre y saltaron también la valla metálica: «Es un camino que llevábamos años haciendo, un paso público aunque el propietario alegue que es suyo», narran. En ese momento, el hombre apareció ante ellos armado con una maza de hierro recriminándoles su actitud. «Se dirigió a nosotros de forma agresiva, de muy malas maneras, en lo léxico y en lo físico, nos dijo que habíamos invadido su propiedad, empezó a insultarnos y nos golpeó en el pecho con el martillo. Dimos un paso atrás.»
Según la versión de los excursionistas, el hombre comenzó a propinarles insultos y amenazas de forma muy violenta, «decía que nos iba a matar, que tenía una escopeta y que la próxima vez tendría dos cartuchos preparados para nosotros», cuentan. «Nos dijo que iba a llamar a la policía y yo ya la estaba llamando, en cuánto me vio, vino hacia mí y me propinó un cabezazo».
Éstas son las imágenes que los excursionistas registraron:
La llamada llegó al 112 a las 10:23 de la mañana, aunque la policía no pudo actuar al no poder comprobar, en el momento, la titularidad del camino. «Les explicamos que estábamos ante un señor que nos insultaba y nos estaba agrediendo físicamente; pero como no se pudo hacer nada, a la mínima oportunidad, salimos por patas».
Pero no fue el encontronazo físico lo que ha provocado que los excursionistas prevean este jueves formalizar la denuncia ante la Guardia Civil, sino la publicación en redes sociales de sus fotografías acusándolos de ser carteristas. «Fue la gota que colmó el vaso, este mismo lunes nos llamaron varios amigos diciendo que habían visto los posts, no me lo podía creer», explican.
«Nos ha afectado mucho psicológicamente, imagina que te llaman y te dicen que sales por ahí acusado de ser un ladrón, tenemos clientes, amigos, es un perjuicio enorme y nuestro abogado le acusará, además de la agresión, de un delito contra el honor», narran los afectados.
La titularidad del camino
La cuestión clave para dilucidar lo ocurrido pasa por determinar a quién pertenece realmente ese tramo del camino. Entre el Camí de Galdent y el que une Algaida con las Costas de Xorrigo, hay una serie de viales que dan paso a numerosas fincas en la zona, el Camí de Ses Covetes es uno de ellos, y de él parten diferentes ramales de entrada hacia varias fincas, con una longitud cercana a un kilómetro. Asimismo, en numerosas páginas web sobre senderismo como Caminando por Mallorca o Trail Running Mallorca, se indican rutas y excursiones atravesando el controvertido camino, que parece haberse tratado como público históricamente. El caso se encuentra en manos del Seprona que está realizando un informe para determinar la titularidad pública o privada de ese tramo. Según informa el consistorio del municipio, se está recopilando la información necesaria para completar el informe, que podría ser vinculante y determinar las futuras actuaciones a tomar por parte del Ajuntament de Llucmajor.
«De verdad que intenté hacerle entrar en razón pero no me dio oportunidad, si lo que le molestaban eran los buggies hasta habría retirado la denuncia si hubiera mantenido la valla añadiendo una pequeña escalera para el paso de los senderistas que no hacemos daño a nadie; pero después de lo que ha hecho en las redes, se me acabó la paciencia», zanja uno de los afectados.
Ahora el caso queda en manos del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Benemérita, que continúa con su estudio, y del resultado de la actual denuncia por agresión.