«No hubo instrucción justa ni instrucción imparcial». El abogado de Bartolomé Cursach, Enrique Molina, reclama la absolución del empresario porque sostiene que se vulneraron sus derechos fundamentales. El argumento, uno de las cuatro cuestiones previas que planteará en el juicio, es que todas las diligencias que se llevaron a cabo durante la instrucción las desarrolló el juez Manuel Penalva, ahora procesado en el TSJIB y que fue recusado cuando se descubrieron sus mensajes a la madame en los que llamaba «hijos de puta» a los acusados. Denuncia que ni Cursach ni Sbert pudieron declarar ante un juez o un fiscal imparciales. La consecuencia sería la absolución de ambos.
«La vulneración del derecho de tener un juez absolutamente imparcial y un fiscal absolutamente imparcial en el procedimiento da lugar a una situación complicada en este momento», ha señalado el acusado. Penalva y Subirán están imputados en el TSJIB por supuesta prevaricación en el 'caso ORA'. El auto del TSJIB también incluye un episodio de amenazas al supuesto número dos de la Bartolomé Sbert. Molina también ha relatado una fuerte discusión entre Sbert y Penalva en una declaración en la que el segundo le retó a recusarle.
Molina ha recordado en su intervención que contra Cursach se abrieron ocho procedimientos diferentes de los que fue condenado por tener una escopeta a ocho meses de cárcel y por injuriar al juez Penalva. «Eso es cosa pasada», dijo. El resto de cuestiones previas de Molina se están centrando en limitar el papel de las acusaciones particulares y defender que sólo pueden sumarse al fiscal y a lo que plantea. Respecto a una de ellas, que ejerce la sociedad Alhambra de Gestiones, denuncia que está disuelta desde hace años.