Los okupas detenidos en la calle Bover trataron de lanzar por la ventana a los amigos de la propietaria del piso que acudieron a la vivienda con la intención de recuperarla. Un vecino grabó la escena con su teléfono móvil y el vídeo ya obra en poder de la Policía Nacional. Según la investigación policial, los hechos se remontan a finales de la semana pasada. Una mujer recibió en herencia un inmueble ubicado en el número 4 de la calle Bover, en la barriada de Camp de Serralta. De hecho, la dueña disponía de las escrituras notariales que avalaban la titularidad de la vivienda okupada. Cuando llegó al edificio pudo comprobar que en el interior de la casa había dos personas, pero no era posible que residieran allí porque el inmueble presentaba condiciones de insalubridad muy notorias.
En ese momento, los okupas argumentaron que llevaban meses viviendo allí y que aquella era su casa y no tenían pensado abandonarla. La cosa quedó así y la dueña se marchó. El pasado martes, a las 14:45 horas, la propietaria regresó de nuevo al edificio con la intención de tomar posesión y lo hizo acompañada de un grupo de amigos. A su llegada, en la casa no había nadie y accedieron a la misma. Resulta, que en el mismo edificio residen familiares de los okupas que al detectar que los dueños estaban dentro alertaron a sus familiares para que acudieran.
Cuatro hombres y dos mujeres irrumpieron en ese momento en el domicilio con una maza propinado empujones, patadas y lanzando amenazas de muerte a la dueña y a sus amigos para recuperar la casa. Los okupas llegaron a golpear a la mujer y a sus acompañantes, que sufrieron lesiones de carácter leve. De hecho, para evitar ser linchados, algunos de los amigos tuvieron que refugiarse en las ventanas del inmueble mientras los okupas trataban de tirarlos para abajo. Hasta el lugar del suceso se desplazaron casi una veintena de agentes de la Policía Nacional procediendo a la detención de los seis okupas.
Este miércoles por la tarde, mientras un periodista de Ultima Hora estaba realizando una entrevista a la dueña del piso, de forma sorpresiva llegó la vecina golpeando la puerta y lanzando amenazas a todos los allí presentes. Acto seguido, se solicitó la presencia de la Policía Nacional quien tomó los datos de la acusada y se envió todo al juzgado.