España es el segundo exportador mundial de aletas de tiburón, siendo Singapur, un país asiático, su comprador principal, según un estudio liderado por el Institut Mediterrani d’Estudis Avançats (Imedea) y la Universidad de Santiago de Compostela que analiza 20 años de comercio de productos derivados de esta especie.
El comercio global de productos de tiburón, como la carne y las aletas, es una industria de gran valor económico que en las últimas décadas ha contribuido a una importante disminución de las poblaciones. El mencionado estudio, publicado en la revista Marine Policy, examina cómo se estructura esta red comercial de tiburones y qué rol puede desempeñar la Unión Europea para hacerla más sostenible, ética y trazable, y ser líder en sostenibilidad global de estas especies.
El trabajo está liderado por Andrés Ospina y Silvia de Juan, del Imedea, y Sebastián Villasante, del Centro de Investigación Interdisciplinar en Tecnologías Ambientales, de la Universidad de Santiago de Compostela, en colaboración con expertos de Canadá, Australia, Estados Unidos y organizaciones como WWF y Traffic.
Según el estudio, la protección de los tiburones se ve obstaculizada por la falta de trazabilidad y regulación en muchas etapas, y no se logra con medidas aisladas. Dado que la cadena de suministro atraviesa múltiples países, desde la pesca en alta mar hasta el procesamiento y venta en mercados internacionales, se requiere un enfoque sistémico, coordinado y multilateral.
Ese dato ,no es cierto