El pasado domingo 25 de mayo se vivió uno de los momentos más emotivos en la historia reciente del deporte en España. La legendaria pista central de Roland Garros, escenario de tantas victorias memorables, se convirtió en el epicentro de un sentido homenaje al que muchos consideran el mejor tenista de tierra batida de todos los tiempos. Con 14 títulos en el Grand Slam parisino, el manacorí recibió un tributo a la altura de su extraordinaria carrera, con la presencia de sus grandes rivales y amigos: Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray.
En este evento cargado de simbolismo, donde se descubrió una placa conmemorativa con su nombre y el impresionante registro de victorias, no faltaron las tres mujeres fundamentales en la vida del deportista balear: su esposa Xisca Perelló, quien lució un elegante vestido satinado que evidenciaba su segundo embarazo; su hermana Maribel, que apostó por un conjunto blanco impoluto; y su madre, Ana María Parera, quien captó especialmente la atención con un estilismo sencillo pero tremendamente efectivo.
El truco de estilo que todas querrán copiar este verano
Entre las más de 15.000 personas que abarrotaron las gradas para presenciar este momento histórico, destacó la figura de la madre del tenista, no solo por la emoción que transmitía ante el reconocimiento a la trayectoria de su hijo, sino también por su acertada elección estilística. La matriarca de la familia demostró que los pequeños detalles pueden marcar grandes diferencias cuando se trata de elevar un look aparentemente básico.
La clave de su estilismo residió en la combinación de prendas atemporales en tonos neutros: una blazer en color crudo, unos pantalones blancos (perfectos sustitutos de los vaqueros en temporada estival) y una camiseta básica. Hasta aquí podríamos hablar de un conjunto correcto pero sin grandes alardes. Sin embargo, Ana María incorporó dos elementos que transformaron por completo la propuesta: un cinturón marrón que aportó estructura y, sobre todo, un pañuelo estampado anudado al cuello en tonos verde y crema.
Este último accesorio, que puede parecer un detalle menor, fue precisamente el que consiguió elevar el conjunto a otra categoría, aportando color, personalidad y ese toque de sofisticación que diferencia un look básico de uno memorable. La elección no fue casual: los pañuelos anudados al cuello se han convertido en la tendencia estrella de la temporada primavera-verano 2024, tomando el relevo de las bandanas de lana que triunfaron durante los meses más fríos.
La democratización de un accesorio atemporal
Lo más interesante de esta tendencia es su accesibilidad y versatilidad. Un pañuelo de cuello puede encontrarse en diferentes rangos de precios, desde opciones económicas en tiendas de fast fashion hasta diseños de lujo firmados por las grandes casas. Además, funciona igualmente bien con looks casuales como con propuestas más formales, convirtiéndose en un aliado perfecto para cualquier ocasión.
Donde las temperaturas estivales pueden superar fácilmente los 30ºC en muchas regiones, este accesorio ofrece la ventaja adicional de aportar estilo sin añadir capas excesivas de ropa. Un simple gesto que permite transformar incluso las combinaciones más sencillas, como bien demostró la madre del tenista mallorquín. Los expertos en moda señalan que no se trata tanto del diseño específico del pañuelo, sino de la forma de llevarlo. El anudado al cuello, ligeramente ladeado y sin excesiva rigidez, es la clave para conseguir ese aire de elegancia desenfadada que caracteriza el estilo mediterráneo y que tan bien representó Ana María Parera en París.
Cómo incorporar esta tendencia a tu armario de verano
Para quienes deseen sumarse a esta tendencia, los estilistas recomiendan comenzar con diseños versátiles en paletas que complementen el fondo de armario personal. Los estampados geométricos, florales o abstractos en tonalidades que armonicen con colores neutros como el blanco, el beige o el negro, suelen ser las opciones más polivalentes.
El tamaño también importa: un pañuelo demasiado grande puede resultar abrumador, mientras que uno excesivamente pequeño puede pasar desapercibido. Las dimensiones ideales oscilan entre los 45x45 cm y los 70x70 cm, dependiendo del efecto buscado y de las proporciones personales. En cuanto a los materiales, la seda natural o sus alternativas más asequibles resultan ideales para la temporada estival por su ligereza y caída. Para las noches más frescas, las mezclas de algodón pueden ser una opción igualmente válida y quizás más práctica.
Un gesto sencillo con gran impacto visual
Lo que Ana María Parera demostró en Roland Garros, ante las cámaras de medio mundo, es que a veces los trucos de estilo más efectivos son también los más sencillos. En un momento en que las redes sociales y las tendencias parecen empujarnos hacia propuestas cada vez más extravagantes, este pequeño gesto de añadir un pañuelo al cuello reivindica la elegancia clásica y atemporal.
No es casualidad que firmas como Hermès hayan construido buena parte de su identidad alrededor de este accesorio, ni que iconos de estilo como Audrey Hepburn, Grace Kelly o Jackie Kennedy lo incorporaran habitualmente a sus estilismos. Lo que vemos ahora es una reinterpretación contemporánea de un clásico que nunca llega a desaparecer del todo.
En definitiva, mientras el mundo del tenis celebraba la extraordinaria carrera de uno de los grandes embajadores del deporte español, su madre, quizás sin pretenderlo, ofrecía una valiosa lección de estilo: a veces, menos es más. Y un simple pañuelo al cuello puede marcar toda la diferencia.
El truco se diu tenir molta pasta