Hacer la cama al levantarse es una costumbre arraigada en muchos hogares. Sin embargo, estudios recientes sugieren que retrasar esta tarea podría tener ventajas para la salud. La razón principal radica en la proliferación de ácaros del polvo, microorganismos que prosperan en ambientes cálidos y húmedos, como los que se generan durante la noche en nuestra cama.
Los expertos recomiendan no hacer la cama inmediatamente después de levantarse. Al dejarla destendida durante un tiempo, se permite que la humedad acumulada se evapore y que las sábanas se aireen, creando un entorno menos propicio para los ácaros. Estos diminutos organismos se alimentan de las células muertas de la piel y pueden desencadenar alergias y problemas respiratorios en personas sensibles.
Además de los beneficios para la salud, posponer el momento de hacer la cama también puede contribuir a una mejor higiene del sueño. Permitir que la cama se ventile ayuda a eliminar olores y a mantener frescas las sábanas por más tiempo. Por lo tanto, los expertos sugieren esperar al menos una hora después de levantarse antes de hacer la cama, asegurando así que la humedad se haya disipado adecuadamente.