El tribunal popular declaró bien entrada la noche del jueves no culpable a R.A.M., el acusado del crimen de es Carnatge, tras un ajustado veredicto. Cinco de los miembros del jurado apoyaron dicha decisión y cuatro no. Lo más llamativo de la deliberación ocurrió horas antes de saber el resultado. Una de las nueve miembros denunció esa misma mañana ante sus compañeros que había sido víctima de coacciones por parte de un familiar del acusado. Esto provocó que fuera sustituida por su suplente, previo conocimiento del letrado de administración de justicia.
Según ha podido saber este diario, a la mujer se le ofreció a través de un tercero algún tipo de prueba que no había sido valorada durante el juicio y que favorecía al procesado. La jurado se vio obligada a poner en conocimiento del resto del tribunal popular los hechos, ya que podía poner en jaque su independencia a la hora de valorar o no la culpabilidad del acusado, que defendió durante el juicio su inocencia.
Dos de los compañeros, este jueves por la mañana en medio de la deliberación, acudieron a comunicarle lo que ocurría al letrado de la administración de justicia, que, tras la consulta con el magistrado, optaron por recusar a dicha miembro y nombrar a un suplente, presente de igual forma durante la vista. Tras este mayúsculo contratiempo el jurado comenzó de nuevo la deliberación, que finalizó a última hora de la tarde.
El tribunal popular consideró por cinco votos a cuatro que no existían pruebas suficientes para condenar al sospechoso y, por lo tanto, que debía ser absuelto del delito de asesinato del que estaba acusado. Valoraron, entre otras cosas, que las pruebas no permitían determinar con seguridad que R.A.M. estuviera en el lugar de los hechos la noche en la que murió la víctima, ya que no se pudo certificar en base al posicionamiento de su teléfono móvil y que tampoco quedó acreditado de forma «convincente» el motivo por el que se podría haber producido el crimen.
Para emitir su veredicto de no culpabilidad, los miembros del tribunal popular también tuvieron presente que nos se halló el arma con la que supuestamente se mató a la víctima y que no se logró verificar que el coche que se grabó en las inmediaciones del lugar de la muerte fuera del acusado o estuviera ocupado por él. El escenario de la muerte defendieron «fue alterado por terceros y no fue conservado debidamente» y en él tampoco se encontraron objetos o pruebas que relacionen al procesado. Las declaraciones de los testigos, por su parte, fueron «contradictorias y poco claras».
El magistrado dictó una sentencia absolutoria y el ahora ahora procesado, en prisión provisional durante más de dos años, queda en libertad.
De tres espletsS'ha de sabre acceptar un resultat, sobre tot quan se guanya.