«Federico vino al mundo al mundo a sufrir desde pequeño y se fue sufriendo». Son las palabras de Pilar Biayna, la tía de la víctima del crimen de Coanegra el día después de conocerse que su asesino, Sebastián O.A., ingresaba en prisión. Ha pedido «justicia y respeto hacia la familia, que en estos momentos está completamente destrozada», expresa la mujer.
Biayna ha recalcado que su sobrino cometió delitos, pero que ya pagó por eso. «Federico tuvo errores muy graves cuando era menor, no los justificamos para nada y rechazamos totalmente estas acciones. Cometió un abuso contra un menor, no fue violación. Él ya pagó con creces por ello y estuvo en un centro de menores y posteriormente en la cárcel», añade Pilar.
La tía del fallecido ha explicado que «lo que no sabe todo el mundo es que Federico fue, desde muy pequeño, un niño violado y abusado por un adulto, y esto duró varios años. A raíz de esto, desarrolló una discapacidad intelectual reconocida. Cuando él cometió este acto era adolescente y no veía que fuera nada malo, ya que ese era su día a día», lamenta su tía.
Tras pasar varios años de su vida entre rejas, «se estuvo rehabilitando, consiguiendo un trabajo y una pareja estable. Todo iba bien, hasta este último año, que apareció Sebastián, su asesino, con el que estuvo dos o tres meses y que lo hizo cambiar drásticamente», relata Pilar, que también ha confirmado que su sobrino tenía una orden de alejamiento de sus padres por problemas domésticos.
«Queremos recalcar que debido a los problemas que tenía, el asesino lo tuvo muy fácil para manipularlo. Sebastián hizo que mi sobrino cambiara totalmente su personalidad y lamentablemente sabemos como acabó la historia», cuenta la mujer.
«Tenemos claro que Sebastián lo asesinó con premeditación, ya que dejó a Federico totalmente irreconocible de tantos golpes que le propinó. Sus padres no han podido ver todavía el cuerpo de su hijo. De hecho, los investigadores tuvieron que identificarlo por huella», ha querido añadir la tía del difunto, que ha expresado su malestar ante lo sucedido. «Eso ya es pasado y no lo podemos cambiar, pero ahora estamos en el presente y pedimos justicia, comenzando por que el nombre del asesino salga también en los medios de comunicación, no sólo el de la víctima», concluye Pilar Biayna.