«Debido a que ejercían la prostitución no contaban con un contrato laboral ni seguro médico ni estaban dadas de alta en la seguridad social. El hecho de que el piso captara clientes las 24 horas no implicaba que ese fuera el horario de las mismas, ya que tenían su tiempo de descanso y podían salir, teniendo otras opciones en lugar de ejercer la prostitución».
Una jueza ha absuelto a dos hermanas bolivianas acusadas de explotar a prostitutas en tres pisos de Palma. La magistrada considera que no se ha acreditado que no pudieran negarse a practicar algunos servicios o que existiesen «amonestaciones, represalias o despidos en caso de negarse».
30 años de prisión
Según el fallo, tampoco se ha demostrado que las condiciones de trabajo fueran impuestas «sin posibilidad de negociación». La Fiscalía reclamaba una condena de 30 años de cárcel para cada una de ellas, que fueron defendidas por el abogado Gaspar Oliver.
Los hechos enjuiciados tuvieron lugar entre los meses de noviembre de 2020 y enero de 2021. Una de las acusadas era arrendataria de tres viviendas situadas en las calles Marià Canals, Donantes de sangre y Begoña, donde diversas mujeres «de forma voluntaria» ejercían la prostitución tras ser entrevistadas por la investigada, que les explicaba las condiciones laborales.
Las mujeres que trabajaban para la procesada percibían al día siguiente el 50 por ciento de las cantidades que los clientes habían pagado por sus servicios. «No todas las chicas vivían en el piso y las que lo hacían, aunque trabajaban más de noche, podían negarse a atender a los clientes y podían salir en caso de que quisieran hacerlo realizando algunas de ellas servicios de encargadas».
La hermana de la arrendataria de las casas, según recoge la sentencia, ejercía en ocasiones de encargada. Abría la puerta, cogía el teléfono y mantenía los pisos limpios. La jueza sostiene que no se ha probado que obrara de común acuerdo con la otra acusada ni que tuviera ningún tipo de control sobre el resto de las chicas.