La Agencia de Seguridad Sanitaria de Francia (ANSES) ha pedido que se retiren los alimentos con soja de los comedores escolares por sus riesgos para el sistema reproductor. Recientes informes científicos advierten que una exposición elevada a las isoflavonas puede provocar el crecimiento precoz de las glándulas mamarias en niñas y un adelanto de la menstruación. También problemas de infertilidad en los adultos.
El Colegio de Nutricionistas de Baleares insta a cumplir con el Decreto de la Dieta Mediterránea, que regula los alimentos disponibles en los centros escolares y a que la autoridad competente anime a la Agencia de Seguridad Alimentaria Española a realizar un estudio similar al francés para ver si es necesario adoptar medidas de salud pública en nuestro país.
Manuel Moñino, presidente del órgano colegiado, explica que hasta el año 2015 se estimaba que el consumo de productos de soja en Europa era de 1 microgramo al día, pero un reciente estudio realizado en Francia revela que esta cifra es mucho mayor en su país. Hablamos de que el 28 % de los menores de entre 11 y 17 años consumidores de productos de soja estaría superando el nivel de seguridad y que en el caso de los niños de 3 a 5 años el porcentaje subiría hasta el 76 %.
«Lo que expone el informe que ha hecho la ANSES es que el consumo de los alimentos con soja se está generalizando y es accesible a todas los grupos de edad en Francia. Teniendo en cuenta que los alimentos con soja están muy disponibles en los lineales de los supermercados, que hay una elevada tendencia a su consumo y que es un alimento que se utiliza mucho en los procesados, la agencia concluye que hay que hacer una recomendación para reducir su consumo. La evidencia científica sobre los efectos de la soja aún es débil, pero está basada en estudios científicos serios», explica Moñino.
«Para tomar decisiones en el contesto de la salud pública en España hay que disponer de todos los datos, porque puede ser prematuro trasladar la recomendación a otro contexto cultural y alimentario distinto de la población francesa», dice el experto. Hasta la fecha la Agencia Española de Seguridad Alimentaria no ha estudiado el consumo de soja entre los españoles y hay un gran desconocimiento entre la población general que, llevada por las modas, podría estar eliminando los lácteos de su dieta y sustituyéndolos por la soja, a pesar de que en determinadas cantidades puede tener un efecto genotóxico.
¿Qué cantidad de soja podemos ingerir sin poner en riesgo nuestra salud? «Un niño de entre 3 y 5 años solo podría tomar un yogur cada 63 días si no quiere superar esos niveles de seguridad y una mujer de entre 18 y 50 años, solo podría beber un vaso de bebida de soja cada 48 días sin superar el límite que establece la agencia», advierte Moriño.
No obstante el experto opina que «no hay que alarmar a la población» porque «no se puede dar por hecho que los niveles máximos de consumo que recomienda Europa se estén superando también en España». ¿Hay que retirar los productos de soja de los menús escolares de Baleares? «Lo cierto es que la soja no se utiliza de forma regular en los menús, por lo tanto no se requeriría de una medida específica, pero lo más importante es que, si se quieren tomar medidas de salud pública respecto a la soja en nuestro país, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA) debería hacer una valoración exhaustiva de la exposición de la población española a este tipo de sustancias. Francia lo hizo el pasado mes de marzo, pero en España no se ha hecho nada similar hasta la fecha», reflexiona.
Ante esta situación y a la espera de que la AESA se pronuncie, el Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Baleares lanza dos recomendaciones. En primer lugar insta a cumplir con el Decreto de la dieta mediterránea que regula los alimentos disponibles en los centros escolares. «El decreto no nombra a la soja y tenemos alternativas de legumbres ricas en proteínas en la dieta mediterránea por lo que no debería ser un problema que eventualmente se incluya algún producto con soja», explica.
Por otra parte anima a la autoridad competente a que anime a su vez a la agencia española para hacer un estudio similar al francés para ver si hay que tomar medidas de salud pública en España».
El presidente de los nutricionistas recomienda huir de los alimentos procesados. «Las bebidas vegetales son tendencia y están sustituyendo a los lácteos. Desde el punto de vista nutricional, si se quiere sustituir la leche recomendamos que sea a partir de bebida de legumbres, aunque lo cierto es que las bebidas vegetales más disponibles no son las de guisantes o garbanzos, son las de soja», lamenta. Por lo mejor es «diversificar, recurrir a la dieta mediterránea y no dejar la leche por moda».
¿De qué niveles de riesgo estamos hablando? Manuel Moñino habla de un «potencial efecto genotóxico». «No hay que alarmar a la población, la evidencia científica sobre el efecto potencial de las isoflavonas aún es débil y aunque es verdad que se apunta a medidas de precaución para reducir la exposición, estaríamos ante una situación similar a la del mercurio en el pescado. No hay que dejar de tomar pescado sino diversificar la dieta. En este caso recomendamos recurrir a legumbres propias de nuestra tierra», concluye.