El informe elaborado por los técnicos municipales del Ajuntament de Palma resulta esclarecedor y demoledor: la terraza del Medusa Beach Club carecía de licencia. Es decir, era ilegal y, por consiguiente, no era transitable. El documento realizado por los funcionarios del departamento de Urbanisme de Cort y de los Bombers de Palma, al que ha tenido acceso Ultima Hora, también revela que el sótano del local, en la que se encontraba ubicada la discoteca Coco Rico, sí disponía de licencia de actividades en vigor.
La planta baja del Medusa Beach club, donde se encontraba el restaurante, según la documentación municipal, también disponía de los permisos pertinentes. Así, todo el foco está puesto sobre la terraza chill out con acceso por la parte trasera del local, que no contaba con permiso alguno para poder ser transitada y ejercer actividad. Está previsto que en las próximas horas toda la documentación y los informes sean remitidos a la autoridad judicial y al Grupo de Homicidios de la Policía Nacional.
A primera hora de este lunes, un grupo de técnicos municipales realizó la reconstrucción del derrumbe. Los expertos recogieron elementos constructivos, es decir, restos de la terraza y escombros para enviarlos a un laboratorio, donde se realizarán ensayos de resistencia. Esta prueba será determinante para dar mayor solidez al completo y exhaustivo informe técnico que están realizando los expertos municipales.
Agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional procederán a la imputación o detención de los dueños del Medusa Beach Club en las próximas horas. Fuentes próximas al caso sostienen que los propietarios del negocio serán acusados de cuatro delitos de homicidio imprudente y de las graves lesiones de hasta 16 personas que se vieron afectadas. Todo ello, por la vía penal. De forma paralela también está previsto que se declare una batalla entre compañías aseguradoras y la propiedad por el pago de las millonarias indemnizaciones a las que tendrán que hacer frente.
La transformación del inmueble de la calle Cartago de la Playa de Palma no pasó desapercibida para los técnicos municipales, que comprobaron cómo el edificio cambiaba de uso y ganaba espacio para otras actividades. Los expertos están convencidos de que la terraza –cuya ilegalidad ya está corroborada– colapsó a consecuencia del sobrepeso. De hecho, en una Inspección Técnica del Edificio (ITE) de 2017 ya se calificaba esta zona del local como no transitable.
Un año después, en 2018, los hermanos Christian y Sandra Arnsteiner abrieron un restaurante mexicano llamado Tex Mex y en 2021 decidieron cambiar el concepto y desarrollar el proyecto del actual Medusa Beach Club. Los expedientes abiertos en Cort por infracciones urbanísticas serían anteriores a esta etapa, según las fuentes consultadas.
En estos momentos, también se investiga si se eliminó un pilar entre dos terrazas que se unieron, en los números 34 y 36. Algunos vecinos han sostenido esta posibilidad, que ahora deberá ser descartada o confirmada. Desde que el edificio colapsó, varios residentes en esa calle y alrededores están colaborando activamente con las autoridades.
Más controles
Otra de las consecuencias del derrumbe mortal del pasado jueves es que el Ajuntament intensificará los controles en establecimientos de la Playa de Palma para evitar nuevas tragedias. En Cort existe cierto nerviosismo porque algunas informaciones apuntan a que existen establecimientos abiertos al público, y que reciben una gran afluencia de público, especialmente turistas, que carecen de licencias urbanísticas y de actividad.
En este sentido, están en el punto de mira de Cort una serie de ‘empresarios' holandeses que en su día presionaron para obtener la licencia de apertura y que luego realizaron obras de ampliación. Los vecinos sostienen que se trata de «auténticos piratas», que han hecho y deshecho a su antojo durante los últimos trece años.
En la ITE que pasó el local de la calle Cartago se advirtieron algunas deficiencias, que en todo caso no comprometían la seguridad del edificio. Se recomendaba, con todo, subsanarlas. Eran pequeñas patologías habituales en los edificios de la primera y segunda línea, expuestos a la humedad.