La hora no pudo ser peor. Poco después de las ocho de la tarde de este jueves, el techo del Medusa Beach Club, situado en el número 36 de la calle Cartago, cedía hasta provocar el derrumbe de las dos alturas del establecimiento. Lo hacía lleno de gente. En su interior, decenas de turistas, además de los trabajadores, se encontraban en la calma previa del atardecer, rota en un instante.
El estruendo movilizaba a los vecinos que, rápidamente, daban aviso a los equipos de Emergencia. Policía Local, 061, Policía Nacional y Bomberos llegaban al lugar para tratar de organizar los primeros minutos de angustia. Era inevitable pensar en los atrapados.
Tras la confirmación del primer cadáver, los efectivos han trabajado sin descanso tratando de liberar a los bloqueados bajo los escombros. La cifra de víctimas mortales no ha hecho más que aumentar, aunque lamentablemente, la peor parte es que puede continuar haciéndolo tras la confirmación del número de heridos; hasta 16 personas, según indica Policía Nacional.
Al parecer, una buena parte de los heridos, hasta siete de ellos, están ingresados en estado crítico; por lo que sufren lesiones muy graves y se teme por su vida. Las próximas horas son esenciales para conocer cuál será su desenlace. Todos los heridos eran rápidamente distribuidos y trasladados en las ambulancias que acudían al lugar, donde los técnicos se ocupaban también in situ a los heridos más leves; la mayoría con mantas térmicas para protegerles tras lo sucedido.
En la zona eran numerosos los efectivos trabajando y la previsión es que lo hicieran hasta bien entrada la madrugada hasta confirmar que bajo los restos de la estructura no había más atrapados; ya que el establecimiento contaba con dos alturas y un sótano, en el que podrían haber quedado sepultados algunos trabajadores. Para ello, los efectivos han necesitado silencio en su arduo trabajo; por lo que se ha acordonado la zona y se trata de mantener el orden para poder trabajar con eficacia.