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Juicio a Penalva y Subirán

La defensa de Penalva y Subirán insiste en el complot

Su abogado, Javier Barinaga, culpa a fiscales y policías de montar el caso contra ambos como «palanca y ayuda en la causa Cursach»

El abogado Javier Barinaga, ante Penalva y Subirán. El juicio está previsto que termine este viernes. | ALEX SEPULVEDA

| Palma |

La defensa de Penalva y Subirán acusa a la Fiscalía y a la Policía Nacional de montar la causa contra ellos para «servir de palanca y ayuda en la causa Cursach». La acusación la personaliza en los fiscales Tomás Herranz y Juan Carrau y en los policías que investigaron la causa. El abogado de ambos exigió una absolución por el fondo de las acusaciones al TSJIB: «No nos vale: no podemos salir de aquí con una sentencia que diga que la prueba es nula porque sabemos que somos inocentes. Entonces habremos perdido», dijo. En cualquier caso, planteó una batería de ocho cuestiones para intentar anular de raíz el procedimiento por lo que llamó una «carrera de vulneraciones de derechos fundamentales».

El informe de Barinaga para rechazar las acusaciones que implicarían más de 120 años de cárcel para Penalva y Subirán, abundó en alusiones a los fiscales Carrau y Herranz. En respuesta a este, en el colofón de su informe, dijo:«El fiscal se preguntaba qué ha pasado aquí. Lo que ha pasado ha sido el vaciamiento absoluto de las causas del IME y la ORA para servir de palanca y ayuda en la causa Cursach. Antes de empezar el juicio, el fiscal retira pruebas y retira acusaciones. Palma tiene que saber lo que ha pasado. Salieron al rescate. Esta causa era necesaria para vaciar aquello». También tuvo para las acusaciones particulares: «No lo digo por los abogados, pero su actuación está movida por el odio. Toda su actuación está fundamentada en el odio en estado puro».

De nuevo, Carrau fue objeto de decenas de alusiones. «Yo no he acusado al señor Carrau, he querido poner de manifiesto su actuación en las causas junto a mis representados». Tras eso, comenzó la carga: «Su hacer tiene ciertos puntos de opacidad. Hay oscuridad. No tengo ningún problema con el señor Carrau, le conozco mucho y debo convenir que gran parte de aureola se la debe a este letrado», dijo en alusión a que fue hace quince años abogado de un denunciante del ‘caso Son Oms', una de las primeras causas sobre Unió Mallorquina.

Nulidad

La defensa, en cualquier caso, insistió en que toda la causa es nula por estar contaminada por la intervención del listado de llamadas de dos periodistas. Además, sostiene que la detención del policía Iván Bandera, de donde surgieron los chats fue irregular y con ella, la entrega del terminal. Sobre el arresto de éste, criticó que no fuera asistido desde el primer momento por un abogado y que se le incautara antes el teléfono. «Es como aceptar que una mujer violada está 21 minutos sola con su violador y no se resiste. Es la misma situación». También critica los wasaps. Sostiene que son «editables» y que, por tanto, no pueden ser valorados como prueba de cargo. Añade: «No son nada. La expresión vulgar, soez, la simple ocurrencia, el pensamiento no delinque».

En torno al ‘caso ORA' insistió en que las detenciones «fueron policiales» sin intervención directa de Penalva y Subirán, más allá de que lo conocieran. «Y están bien hechas». Ahí sí que pidió mirar los chats: «No hay ningún mensaje en el que el juez Penalva ordene las detenciones».
Barinaga insistió en que sí existían indicios en ese momento para investigar el ‘caso ORA' y que esos mismos datos justificaban las detenciones. «Era necesario investigar, no era una decisión alocada». Los arrestos los justificó por la necesidad de que todos los miembros de la mesa de contratación fueran interrogados sin interferencia ni contaminación los unos con los otros y añade que se trata de una práctica «normal» y habitual.

«Una detención policial es muy dura y una declaración también lo es», dijo para justificar las declaraciones de testigos en torno a presiones y coacciones. «Una detención no es una fiesta, es duro pero es parte del sistema legal y es necesario a veces». Esa misma normalidad la aplica a las advertencias de Penalva y Subirán de pasar a ser testigo o imputado, según el caso. Las circunscribió a charlas «paternalistas» posteriores a las declaraciones. Acusó de mentir a todos los testigos que declararon en ese sentido y de actuar o por venganza por sus detenciones o para ser exculpados en el ‘caso ORA'.

Además de Barinaga, que ocupó toda la sesión de la mañana, también informó ayer el abogado Álvaro Martín Olmos, en defensa del jefe de Blanqueo, el inspector García Reguera. Puso de manifiesto que es el único de los acusados que no formaba parte de los chats de wasap. «Acusar al señor García Reguera como jefe de grupo supondría que cualquier mando policial debiera responder de cualquier delito de sus subordinados». En cualquier caso, defendió que las actuaciones fueron correctas o, en todo caso, atípicas.

El abogado Pedro Horrach, en defensa de Miguel Ángel Blanco, le quito peso a los chats y sostuvo que las acusaciones mantienen un «sesgo». «Ni el pensamiento delinque, ni las palabras se trasladan a los hechos ni las opiniones que ponen en el chat son las que piensan realmente», dijo. Criticó la «nula ecuanimidad» de las acusaciones: «Incurren en el mismo error que nos reprochan». También defendió que su representado se encargó de la investigación del 'caso ORA' por una orden del juzgado y que no le correspondía a él decidir si la primera noticia, que llegó por el testigo protegido 19 era creíble o no.

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