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La Policía irrumpe en la sucursal okupada de la avenida de San Fernando en busca de 'La Chuqui'

La conocida delincuente tiene fijada su residencia allí y está siendo buscada por su implicación en varios delitos de robo con violencia

La Policía Nacional irrumpe en la sucursal okupada en San Fernando. | ALEX SEPULVEDA

| Palma |

Nuevo episodio en la sucursal okupada de la avenida de San Fernando. A las 10 de la mañana de este miércoles, agentes del Grupo de Investigación Oeste apoyados por unidades de antidisturbios de la Policía Nacional han irrumpido en el local okupado para identificar a los jóvenes que estaban en su interior y tratar de localizar a 'La Chuqui', una conocida delincuente que tiene fijada su residencia allí y que está siendo buscada por su implicación en varios delitos de robo con violencia. Según fuentes próximas al caso, la Policía Nacional tiene constancia de más de 20 ilícitos penales vinculados con personas que residen en la sucursal okupa.

A todo ello, hay que sumarle otro número importante de causas pendientes tramitadas por la Policía Local de Palma. Por ese motivo, a primera hora, ambos cuerpos policiales han mantenido una reunión de trabajo sobre esta problemática y de forma conjunta han elaborado un informe judicial. El mismo ha sido enviado a los juzgados de Vía Alemania para que en la mayor celeridad posible se tome una decisión para proceder al desalojo de estas instalaciones por motivos de seguridad pública. Durante el operativo, algunos de los jóvenes residentes en la sucursal han increpado a los cámaras de los medios de comunicación y también a los vecinos que de forma habitual les hacen frente. Los residentes están cansados de aguantar robos, peleas, fiestas, venta de droga y consumo de sustancia estupefacientes en el interior del local.

El perfil de esta okupación resulta un tanto inusual y la media de edad no supera los 30 años. Desde hace tiempo, el local se ha convertido en un nido de conflictos, consumo de sustancias estupefacientes y tráfico de drogas. Es más, también se tiene constancia que sirve de refugio para los menores fugados de centros de internamiento o de menores tutelados. Los residentes de los edificios colindantes son plenamente conscientes de la conflictividad que genera su presencia en la barriada y el consumo de drogas. «Se pasan todo el día y toda la noche fumando porros. Tenemos que cerrar las ventanas porque resulta insoportable esta situación. Lo más curioso, es que campan a sus anchas y lo hacen justo enfrente del cuartel de la Policía Local de Palma», añade una vecina.

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