Una patrulla de la Policía Local de Palma intercepta un coche en Son Gotleu, se bajan dos agentes y uno de ellos encañona al conductor del vehículo con su pistola oficial durante unos segundos. La escena, que tuvo lugar el pasado viernes, a plena luz del día, en la calle Tomás Rullán con Indalecio Prieto es cinematográfica, propia de un barrio conflictivo de Nueva York.
El suceso se produjo en una de las principales vías de la popular barriada palmesana y ante más de un centenar de personas, que presenciaron atónitos una persecución con sirenas y acústicos incluidos que finalizó con un registro completo de un vehículo de alta gama. La escena fue seguida por decenas de vecinos desde los balcones del punto neurálgico de Son Gotleu y por infinidad de transeúntes que poco a poco se fueron agolpando en la zona para interesarse por lo sucedido. Fuentes de la Policía Local han informado a Ultima Hora que «los agentes acudieron para atender una llamada por un incidente de tráfico. Al llegar, algunos viandantes les señalan que el vehículo en cuestión trataba de abandonar el lugar, por lo que proceden a interceptarlo. En ese momento, uno de los allí presentes les advierte que van armados, por lo que toman las precauciones pertinentes (arma en prevengan) hasta que controlan a los ocupantes y comprueban que no portaban ningún arma», añaden desde el cuerpo municipal. «Posteriormente, se persona el CNP que se hace cargo de la situación, pues era consecuencia de un incidente entre familias gitanas enfrentadas», concluye el portavoz policial.
Enfrentamiento
Las dos familias gitanas de Son Gotleu que llevan meses enfrentadas, después de un tiroteo que milagrosamente no dejó víctimas, protagonizaron el pasado viernes un nuevo incidente que disparó todas las alarmas. Poco después de la una de la tarde, un conductor sufrió un accidente con un coche de lujo en la calle Tomás Rullán y al poco tiempo apareció un miembro de la otra familia enemiga, que supuestamente sacó unas fotografías con su teléfono. A partir de ese momento, el nerviosismo fue máximo y se arrojó una piedra, por lo que algunos vecinos llamaron a los servicios de emergencia temiendo que los contendientes iban a llegar a las manos. La Policía Nacional, tras confirmar que se trataba de las dos familias del tiroteo, montó un gran dispositivo de seguridad y envió a Tomás Rullán e Indalecio Prieto a todas las unidades disponibles.
El apunte
Más controles policiales en casas okupadas de Son Molines
Otro de los puntos calientes de la capital balear se encuentra en las casas okupadas de Son Molines, justo detrás de Ikea. Tras denunciar los vecinos graves problemas de incivismo, suciedad, ruidos, peleas y proliferación de droga, la Policía Nacional mantiene activos importantes controles en la zona. Los distintos Grupos deEstupefacientes llevan meses trabajando ‘in situ’ y coches patrullas realizan controles para impedir la venta de droga.