La ruta de la cocaína empezaba en el puerto de Buenaventura, en el Valle del Cauca, Colombia. A 8.874 kilómetros de Mallorca, aproximadamente. La banda de narcotraficantes que introducía importantes cantidades de cocaína en la Isla empezó a dar pistas sobre su actividad a principios del año 2018. Los investigadores del Equipo contra el Crimen Organizado, en conjunto con la Policía Judicial de la Guardia Civil de Algaida, detectaron a un grupo de personas de nacionalidades española, colombiana y dominicana que se dedicaban a traer droga de gran pureza a España y que después distribuían en Mallorca.
La banda enviaba la droga envasada y oculta entre maderas en el contenedor de un carguero que llegaba a España, tras hacer escala en Algeciras, después de un mes. Camioneros recogían la mercancía y la distribuían, sobre todo, por Barcelona y Mallorca. Los vehículos transportaban la sustancia estupefaciente desde los puertos de Alcúdia y Palma hasta una finca situada a las afueras de Lloseta.
El laboratorio subterráneo que regentaba Camille, un libanés de 54 años, servía como almacén y lugar de manipulación. El refugio de la cocaína estaba custodiado por un crucifijo de madera en una de las dos entradas. El ‘chef' utilizaba una Thermomix para cocinar la droga con otros productos, adulterarla y multiplicar de esta forma las ganancias de la organización criminal desarticulada la semana pasada. El proceso de elaboración es complejo y tiene el fin de transformar un kilo de cocaína en cuatro o cinco con el objetivo de aumentar los beneficios.
La ‘operación Crótalo' de la Guardia Civil se ha saldado con 12 personas detenidas en Mallorca, Madrid y Barcelona y tres en Colombia. Uno de los sospechosos ya fue arrestado en la ‘operación Titanum' del instituto armado.
Los agentes se han incautado de más de 90 kilos de cocaína en este operativo en el que también se ha desmantelado el laboratorio de Lloseta y se han intervenido 16.200 euros, 560 dólares, 200 libras esterlinas y varias armas. La rama española de la organización ingresó el viernes pasado en la cárcel. Pleno al quince.