De película. Así calificaron en su día los investigadores el atraco llevado a cabo por tres individuos en julio de 2015 en La Porciúncula, en Palma. Lograron apoderarse de 300.000 euros que iban a ser ingresados en una entidad bancaria procedentes de una cadena hotelera. Para llevar a cabo su objetivo interceptaron el coche que transportaba el dinero al grito de «alto policía, bajen del vehículo» con una pistola en la mano. Dos de ellos eran agentes de la Policía Nacional, uno jubilado y otro con un expediente abierto. La Fiscalía pide para cada uno cinco años de prisión por un delito de robo con intimidación y uso de armas.
El plan estaba perfectamente organizado. Sabían en qué punto de Palma se iban a topar con el vehículo de una empresa hotelera cargado de dinero poco después de las 13.00 horas del viernes 24 de julio de 2015. El vehículo de los acusados cerró al de los trabajadores, para sorpresa de estos. Parecía un control policial. Del coche se apearon dos hombres con chalecos reflectantes de la policía. Se identificaron como agentes enseñando sus placas y esgrimiendo un arma. Y efectivamente lo eran, pero en este caso metidos a atracadores. Les señalaron que se apearan del turismo. En el momento en el que los empleados de la empresa se bajaron del coche que transportaba el dinero, el otro atracador, un ciudadano de origen cubano, se metió en el vehículo y emprendió la huida con el botín Los otros hicieron lo propio con su coche. Un mes y medio después los tres asaltantes fueron detenidos por la Policía Nacional. En el registro de sus viviendas encontraron una gran cantidad de dinero. Los investigadores sospechaban desde el principio que los atracadores tenían información «desde dentro» de los movimientos de la empresa. El Ministerio Fiscal solicita para cada uno de ellos cinco años de prisión.