Ignacio Gómez Heredia, el detenido por provocar el incendio, reconoció ayer ante el juez de guardia que su descuido al tirar unas brasas sobre unas hierbas secas provocó el desastre. El imputado quedó en libertad después de que el magistrado rechazara adoptar la medida de prisión provisional que había solicitado la Fiscalía. Queda con cargos de incendio forestal por una imprudencia grave y tendrá que personarse cada semana en una sede judicial.
En su declaración judicial, el imputado ratificó que la noche del jueves de la semana pasada hizo una barbacoa con dos amigos en su casa situada en sa Coma. Preparó el fuego con unas ramas que cortaron de un algarrobo de la finca y que quemaron encima de una carretilla.
A la mañana siguiente, en torno a las doce del mediodía se levantó. Para deshacerse de las cenizas no se le ocurrió otra cosa que tirarlas en la misma finca, en una especie de zanja en la que había hierba seca y deshechos variados. El imputado reconoce que no tiró agua y que pensó que el fuego se había apagado por completo porque no salía humo. No comprobó si había alguna brasa todavía en la carretilla. Tras tirar los desperdicios volvió al interior de la casa. De hecho, ni siquiera fue él quien se dio cuenta de que las brasas habían prendido y que había fuego en la finca. Fue su hermano quien lo vio. Los dos, ayudados por algún vecino intentaron apagar el agua con una manguera, pero se descontroló y provocó el devastador incendio.
Tanto ante la Guardia Civil como ante el juez que le tomó declaración indicó que la barbacoa la hicieron en una zona de la finca que tiene cemento en el suelo e insiste en que creía que el fuego