«No duermo desde entonces. Estoy con antidepresivos y me encuentro fatal. Fue un accidente, no era consciente de que se iba a armar todo este jaleo. Lo siento mucho». Este diario entrevistó ayer a Ignacio Gómez Heredia, el vecino de sa Coma de Andratx que ha reconocido que provocó el incendio cuando arrojó unas brasas a un descampado. Poco después de la entrevista, la Guardia Civil lo detuvo.
De torrada
El jueves pasado, Ignacio invitó a José Miguel y a Andrés, dos amigos suyos, a una torrada en la casa familiar de sa Coma Calenta. Compraron carne y la torraron en una carretilla de obra. «Lo pasamos muy bien, bebimos una botella de vino y charlamos. Las cenizas se quedaron en la carretilla y al día siguiente, por la mañana, pensé que ya estaban apagadas».
Ese error ha costado casi 2.000 hectáreas quemadas. Entre las cenizas había brasas aún ardiendo y cuando Ignacio las tiró sobre unos matojos, se produjo el fuego inicial. El hombre no lo detectó en un primer momento, pero luego su hermano le llamó: «Me dijo que había un incendio y tratamos de apagarlo con una manguera y con cubos de agua, pero era imposible. Me quemé los pelos de las piernas y el viento propagó las llamas. El resto ya se sabe».
Ignacio insistió en que estaba muy arrepentido: «Estaba convencido de que el fuego estaba apagado, sino, nunca habría tirado las cenizas. Estoy hundido, tomo antidepresivos. Me paso todo el día en casa, con tratamiento médico. Nunca pensé que podría provocar un accidente tan grave». Tras la entrevista con este periódico, Ignacio fue interrogado por la Guardia Civil y quedó detenido por su imprudencia. Su hermano Samuel ya estaba imputado desde el primer día. Ayer tarde también fueron imputados los dos amigos que acudieron a la torrada: José Ángel y Andrés.