Rainer Schimpf, un fotógrafo de 51 años que buceaba en la costa de Puerto Elizabeth, fue tragado literalmente por una ballena. El hombre trataba de obtener imágenes de la abundante vida marina del lugar cuando, de repente, el animal gigantesco se le vino encima.
«Estaba tratando de obtener la foto de un tiburón. Al momento siguiente, [el agua] se oscureció y sentí una presión en mi cadera», explica el buceador en un vídeo publicado por Barcroft Animals.
Una ballena de Bryde puede medir hasta 15 metros de largo. Al parecer, el ejemplar había abierto la boca para alimentarse y, accidentalmente, entró Schimpf. Por suerte, el animal no se sumergió y el hombre fue escupido sano y salvo en cuestión de segundos.
«Al momento siguiente, sentí que la ballena estaba girando en cualquier dirección, y la presión se liberó, y luego fui expulsado de la boca», explica el fotógrafo. Un compañero suyo que estaba en un barco cercano, Heinz Toperczer, fue el encargado de capturar el aterrador momento.
Los expertos señalan que la ballena pudo sorprenderse tanto como Schimpf, ya que cuando estos mamíferos abren la boca no ven lo que hay frente a ellos. «Las ballenas no son devoradoras de hombres. Esto no fue un ataque, fue solo un accidente», asegura la instructora de buceo Claudia Weber-Gebert.