Prueba del BMW X3 3.0 PHEV: eficiente sin renunciar a nada

Este modelo logra un equilibrio perfecto entre comodidad, rendimiento, calidad y sostenibilidad

Fotos: Miquel Àngel Llabrés

Este modelo cuenta con una imagen moderna y robusta, que le confiere un carácter muy especial | Foto: M. Àngel Llabrés - Fotos: Miquel Àngel Llabrés

| Palma |

BMW es una marca con más de un siglo de historia, nacida en Múnich en 1916 como fabricante de motores de aviación, però que muy pronto orientó su experiencia técnica hacia el mundo del automóvil. Desde sus inicios, la marca bávara ha defendido una filosofía basada en el placer de conducir, y con el paso del tiempo ha sabido combinar este espíritu deportivo con la innovación y la tecnología más avanzada.

En las últimas décadas, BMW ha trabajado intensamente en la electrificación de su gama, y hoy ofrece versiones híbridas enchufables (PHEV) y 100% eléctricas en prácticamente todos sus segmentos. El nuevo BMW X3 3.0 PHEV es un claro ejemplo de esta transición inteligente, en la que se busca mantener el ADN dinámico de la marca pero reduciendo consumos y emisiones sin renunciar a nada.

La generación actual del X3 recibió una actualización profunda recientemente, y la versión híbrida enchufable representa uno de los puntos más equilibrados de toda la gama. El X3 nació en 2003 como un SUV de tamaño medio que ofrecía una alternativa más compacta al X5, pero sin renunciar al comportamiento de un turismo. Desde entonces ha evolucionado notablemente, ganando en calidad, tecnología y eficiencia. Esta versión 3.0 PHEV es la más reciente incorporación, pensada para quienes buscan un coche amplio, prestacional y al mismo tiempo más sostenible para el uso diario. Se trata de un SUV moderno, de presencia elegante y musculosa, que refleja perfectamente el lenguaje actual de la marca.

Por fuera, el X3 PHEV mantiene la esencia robusta del modelo, con una parrilla doble característica —ahora algo más contenida que en otros modelos recientes—, faros delanteros afilados con tecnología full LED y líneas marcadas que le confieren dinamismo incluso en parado. A diferencia de otros rivales que apuestan por formas más redondeadas o minimalistas, el X3 sigue transmitiendo buena presencia y deportividad.

Las llantas de 19 o 20 pulgadas, los pasos de rueda bien definidos y los detalles cromados aportan un toque de distinción sin caer en lo excesivo. No hay elementos visuales que lo identifiquen como híbrido enchufable más allá de las discretas insignias y la tapa para el enchufe.

Bajo el capó, esta versión 3.0 PHEV combina un motor de gasolina de 2.0 litros y cuatro cilindros con un motor eléctrico, para una potencia conjunta de 292 CV. La batería de iones de litio de 12 kWh útiles permite una autonomía eléctrica de entre 80 y 90 kilómetros, más que suficiente para los trayectos urbanos diarios. Nosotros conseguimos los 80 Km en un recorrido mixto.

A nivel de prestaciones, el conjunto empuja con contundencia: acelera de 0 a 100 km/h en 6,1 segundos y puede alcanzar los 210 km/h, con transiciones suaves entre modos y una gestión del sistema híbrido muy refinada. La caja automática de ocho relaciones ayuda a que el conjunto funcione con una fluidez excelente tanto en ciudad como en carretera.

El comportamiento dinámico es uno de los puntos fuertes del X3, incluso en esta versión PHEV que añade cierto peso extra por la batería. La puesta a punto de las suspensiones, la dirección directa y precisa, y el reparto de pesos muy equilibrado logran que el coche se sienta ágil y sólido en todo momento. No es un SUV para correr en circuito, pero sí uno de los más agradables de conducir dentro de su categoría por su finura. En carretera abierta, mantiene un excelente confort de marcha, filtra muy bien las irregularidades del asfalto y transmite sensación de seguridad en todo momento.

El interior del BMW X3 3.0 PHEV está a la altura de lo que se espera de un modelo premium. La calidad de los materiales es muy elevada, con acabados cuidados, ajustes impecables y una disposición de mandos lógica y ergonómica. El cuadro digital y la pantalla central de 12,3 pulgadas funcionan con el sistema iDrive, que sigue siendo uno de los más completos y rápidos del mercado.

A pesar de que algunos rivales están apostando por un minimalismo extremo, BMW mantiene mandos físicos para las funciones básicas, lo que facilita mucho el uso durante la conducción. El volante es cómodo y multifunción, los asientos (especialmente en esta versión Luxury) son envolventes y regulables en múltiples posiciones, y la sensación general es de amplitud y bienestar.

La comodidad interior es otro de los argumentos del X3. Las plazas delanteras son amplias y con gran visibilidad, y en las traseras pueden viajar cómodamente tres adultos, incluso en trayectos largos. La insonorización es muy buena, y la suspensión filtra muy bien, incluso sobre firmes irregulares. Todo está pensado para que los desplazamientos, tanto cortos como largos, se vivan con tranquilidad.

En cuanto al maletero, la versión PHEV pierde algo de capacidad respecto a los X3 de combustión, debido al espacio ocupado por la batería. Aun así, ofrece unos 450 litros, que pueden ampliarse si se abaten los respaldos traseros. El suelo está bien resuelto y cuenta con compartimentos útiles para guardar los cables de carga. No es el más grande del segmento, pero sí muy aprovechable.

En definitiva, el BMW X3 3.0 PHEV es un SUV muy completo que equilibra a la perfección potencia, eficiencia y confort. Su diseño, su calidad interior y su tecnología lo sitúan como una de las opciones más sensatas dentro del mundo premium electrificado. Para quienes buscan un híbrido enchufable con verdadera presencia, autonomía eléctrica realista y un tacto de conducción refinado, esta versión del X3 representa un acierto seguro.

Podéis encontrar este impactante BMW X3 3.0 PHEV en Proa Premium, concesionario BMW situado en Gran Via Asima, 19, en el polígon de Son Castelló.

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