Fernando Fernández tiene dos pasiones en su vida: volar, es piloto de líneas comerciales, y los coches clásicos, una pasión que le llegó de joven cuando era un gran apasionado de las motos. Su afición comenzó cuando vendió una BMW del año 94 para comprarse una nueva con la que tuvo un accidente y se rompió el fémur; ese periodo de inactividad le despertó el gusanillo, tuvo la oportunidad de comprar una BMW del 93 en pésimo estado y aunque sabía cómo se encontraba la moto no le importó y se puso manos a la obra, con tiempo y paciencia consiguió restaurarla.
A continuación llegó la fiebre de los coches y a ello se puso. Comparte esta afición con su pareja, Bárbara Forteza. Por eso, cuando tuvo la oportunidad de hacerse con un gran clásico no lo dudo y hace un año decidió adquirir este magnífico Ford Fairlane 500 a un amigo suyo, Ignacio Galiana. Este, junto con su hermano y padre, forman un gran equipo. Los que los conocen aseguran que son unos genios en la restauración de vehículos, el coche de esta semana, traído desde Perú, es un buen ejemplo.
DESCAPOTABLE
Fernando explica que buscaba un coche descapotable y un conocido suyo le dijo que los Galiana vendían uno. Como conocía a Ignacio, ya que trabajan en la misma empresa, se puso en contacto con él y rápidamente llegaron a un acuerdo. El coche estaba en muy buenas condiciones ya que este equipo se había encargado de arreglar todo lo que el vehículo necesitaba.
Comenta que el coche es ideal para el clima de la Isla, por eso se decidió a comprar un descapotable, así aprovecha cada fin de semana para salir a pasear junto a su pareja. Y como es un coche muy robusto y al no tener dirección asistida cuesta un poco conducirlo y es ideal para circular sin prisas y compartir ratos de ocio con su pareja, ya que por su trabajo no pueden disfrutar de todo el tiempo que quisieran estar juntos.
Fernando recuerda que le encanta la mecánica, pero no tiene mucho tiempo para dedicarse a ello, aunque hace sus pinitos, pero no tanto como a él le gustaría pues confiesa que con el poco tiempo que tiene libre no es plan llegar a casa y meterse en faena, incluso ha tenido que priorizar y dejar de salir con sus compañeros de los Mustang.
A pesar de todo, su pasión por los clásicos no ha decaído y ahora está inmerso en un nuevo proyecto, ya que ha adquirido recientemente un Pontiac Fórmula 400 del 70 que, aunque estaba en pésimas condiciones, prácticamente para ir al desguace, ha comenzado el proceso de devolverlo a la vida, aunque aún habrá que esperar unos meses para conocer el resultado final.