La alcaldesa de Santanyí, Maria Pons (PP), critica el ‘pasotismo‘ y la falta de implicación de la Demarcación de Costas -organismo que depende del Gobierno español- en intentar poner remedio a la saturación que padece desde hace años el Caló des Moro y Cala s'Almunia. «El ayuntamiento no tiene según que competencias para actuar en la línea de costa. Por ello le pedimos a Costas que se implique, que hagamos un frente común para intentar poder bajar la presión que hay en el Caló», explicó este jueves la alcaldesa acompañada de los alcaldes pedáneos de Cala Llombards, es Llombards y Cala s'Almunia, la zona afectada por la masiva afluencia diaria tanto de personas como de vehículos. Explicaron que a diario acuden a la cala unas 4.000 personas diarias con unos 1.200 vehículos. «Es una auténtica invasión», destacaron.
Y eso que del aparcamiento que hay en la entrada a Cala Llombards hasta es Caló se tienen que andar unos cuatro kilómetros. O sea, caminar unos 15 o veinte minutos a pleno sol y cargados. Esto genera una presión muy importante sobre los residentes en la zona, que muchas veces no pueden pasar con sus vehículos. «El otro día un vecino estuvo 45 minutos para poder salir de s'Almunia debido al colapso de vehículos», explicaron los alcaldes pedáneos. También temen por si hay una emergencia. «Cada año suele haber aquellas seis o siete por caídas u otras lesiones y se tiene que movilizar a ambulancias, policía y bomberos, y se está colapsado tienen mal llegar», explicó la alcaldesa.
Con la rueda de prensa de este jueves, Maria Pons informó que «no volveré a hablar más del Caló des Moro durante mucho tiempo, para dejarlo descansar» y pidió a los medios de comunicación, youtubers y que los influencers, en redes sociales no hablen más de él para evitar el efecto llamada. La intención es que si no está de moda, no irá tanta gente y dejará de erosionarse todo el entorno. «El Caló en sí en muy pequeño, sólo tiene unos 15 metros cuadrados y casi no hay arena. La gente se tiene que poner en las rocas», añadió Pons a la vez que explicaba que cada día los bañistas se llevan unos 50 kilos de arena, con los pies o toallas, con la erosión que ello convella.
Ficha técnica
Francesca Marí
La intención del equipo de gobierno de Santanyí de no volver a hablar sobre la situación del Caló des Moro puede parecer razonable, tanto vecinos como ayuntamiento están cansados de la saturación que sufre la pequeña cala. Pero la realidad es diferente y, por mucho que el consistorio no hable des Caló, las redes sociales, los influencers o incluso hoteleros son los primeros que ‘promocionan’ el espacio. Si los turistas saben llegar a Cala Varques o Ca los Camps, sin indicadores o aparcamientos ¿como no llegarán a es Caló? El problema aquí es otro.