Hartos con esta situación. Así se muestran Lluís y Ángela Bezzina, padre e hija y propietarios actuales de la finca de sa Roca, en Manacor, después de que esta pasada semana desde la Asociació Pro Camins Públics i Oberts reabrieran el debate sobre la titularidad pública o privada de éste. La familia señala que «no entendemos este revuelo después de que el tema haga más de diez años que está cerrado». En este sentido, matizan que existe un informe topográfico municipal de 2011 – realizado por el mismo Ajuntament – que concluye que «no se puede asegurar la existencia de un camino público». Lluís Bezzina explica que «en aquel momento vinieron representantes políticos de todas las formaciones y se hicieron todas la pruebas que se pidieron y, en principio, el tema quedó zanjado». Además, Bezzina añade que «nuestra familia tiene documentada la propiedad de estas fincas – tanto la de sa Roca como la de sa Cabana Vella, donde realmente se encuentra la piedra conocida como sa Roca – desde hace más de 150 años».
El conflicto de este camino viene de lejos, después de que el propietario actual cerrara la finca. «La gente confunde tolerancia, que es lo que tuvieron mis antepasados, con derecho. Nadie tiene derecho a entrar en una propiedad privada». Sin embargo, reconoce que «siempre que se nos ha pedido permiso hemos abierto sin problemas con la condición que no se dejen basuras». Y es que uno de los motivos que llevaron a este cierre fue la gran cantidad de basura que se hallaba en la zona.
A todo ello, la familia Bezzina, añade que «se han realizado hasta cuatro modificaciones del catálogo de caminos públicos desde el 1998 y en ninguna de las cuatro se ha incluido este camino». El camino que va a sa Roca tiene una parte pública pero, según los informes y como cuenta la familia, termina en el punto en que los dos vecinos tienen asegurada la entrada a sus respectivas fincas. «Sabemos que mucha gente puede desconocerlo pero no hemos usurpado nada y queremos poder estar tranquilos en nuestra casa».