El Museu del Calçat i de la Indústria de Inca está ultimando una exposición que se inaugurará el próximo viernes 10 y que, bajo el título ‘Leather Factory Shop', pondrá de relieve la importancia que tuvo la industria de la piel en la capital del Raiguer. En ocasiones, el calzado ha eclipsado el trabajo que empresarios, representantes y empleados realizaron, y aún realizan, para que los artículos de piel confeccionados en Inca llegaran a estar presentes en mercados internacionales como Japón, Rusia o China.
Sin desvelar sorpresas, la exposición recreará los ambientes de una tienda y una fábrica peletera, en parte gracias al material donado por Asinca. El regidor de Museu, Andreu Caballero, explica que «nos hemos centrado en el periodo desde los años setenta hasta aproximadamente 2010». Durante meses, el equipo del Museu del Calçat ha charlado y recogido testimonios a través de vídeo de los protagonistas del auge y proyección de la piel inquera. Con la ayuda de Ramon Lorente y Biel Soler, durante este periodo han contactado con Joan Ramis (Fàbrica Ramis); Jaume Ramon Coll (Ramcoll); los hermanos Corró (Asinca); Martí y Mónica Piris (Reylan); Biel Amer (Amge); Miquel Buades (Fábrica Buades); Antònia Gual (Tuent); Pacó Llabrés (Únic); Tomeu Artigues (Modas Ota); Jaume Mir (Modak) y Biel Marqués (Pellinca), para dibujar cómo eran las principales empresas del sector. Además se han grabado entrevistas con la modista Antònia Gelabert, la patronista Maria Muntaner, la confeccionista Mari Carmen Parrado y la repuntadora Francisca Torrens.
Para completar el círculo, el historiador Miquel Pieras aporta el contexto histórico y se ha contado con el archivo fotográfico de Andreu Quetglas, así como de aportaciones de particulares. Con estos mimbres, la comisaria de la exposición, Yadira Fernández, así como el director del Museu, Sebastià Mascaró, y el técnico Biel Company han podido diseñar una muestra que sorprenderá a los visitantes y devolverá muchos recuerdos a los inquers.
Uno de los aspectos que más destaca Andreu Caballero son «los diseños de vanguardia que la industria peletera de Inca mostraba a partir de los setenta. Son piezas que estaban en primera línea de la moda internacional y que ahora mismo podrían pasar como actuales». La proyección fuera de Mallorca hizo que se creara una prestigiosa red comercial y de representantes que acudían a las ferias más conocidas del sector, tanto en España como en el extranjero. «Hubo épocas en las que no se daba abasto y se creó un sistema llamado ‘de rodes' que consistía en ir recogiendo las piezas que confeccionaban las personas que trabajaban desde su casa. La roda recorría Inca, Lloseta, Selva, Mancor, Llubí, Binissalem, sa Pobla, Muro y Santa Margalida», relata el regidor de Museu.
Actualmente la actividad peletera aún sigue activa. Ramcoll y los hermanos Piris mantienen un trabajo más artesanal sin el volumen de trabajo de antaño, mientras que Buades y Heitorn han optado por el modelo de tienda expositora.