La tractorada del pasado martes o la prevista por las organizaciones agrarias el próximo 19 de febrero no son hechos aislados y vienen ligados a una situación de crispación que vive tanto el sector primario de Baleares como el de la Península o el de Europa.
La aplicación de la nueva Política Agraria Común (PAC) y el Pacto Verde Europeo son solo la punta del iceberg que ha desencadenado estas protestas en el continente. A ello no puede obviarse la situación de crisis que vive buena parte del sector desde hace años (incluso décadas) con importantes incrementos en los costes de producción, los bajos precios del mercado y la ‘competencia desleal' que provoca la introducción en Europa de productos agroalimentarios de países extracomunitarios. A ello debemos añadir las directrices marcadas por la Comisión Europea que exigen al sector un proceso de transformación más ‘verde' y más digital, con unos plazos que, ahora mismo, son casi imposibles de cumplir para buena parte de los agricultores y ganaderos.
Ante esta realidad, el sector ha dicho basta y ha plantado sus tractores en carreteras y autopistas con la intención de forzar a Bruselas a que haga cambios. No en vano las elecciones europeas están próximas -el mes de junio- lo que propiciará que los actuales dirigentes muevan ficha para acontentar a un sector primario que cuenta con el apoyo de buena parte de la sociedad. La primera respuesta la tuvieron el mismo martes cuando Ursula von der Leyen anunció la retirada de la ley que preveía reducir el uso de pesticidas en toda Europa, una medida que no ha gustado al sector ecológico.
Los agricultores y ganaderos de Mallorca no son ajenos a esta realidad ya que las ayudas de la PAC son fundamentales para la supervivencia del sector, y más cuando llegan con el reconocimiento de región insular, lo que repercutirá en mayores aportaciones económicas. Pero para ello se deberán cumplir con unas directrices mucho más severas. «No puede hacerse agricultura verde en números rojos», señalaba el conseller d'Agricultura, Joan Simonet, al llegar al cargo. Una frase que esta misma semana repitió el presidente de Asaja, Joan Company, al reafirmar sus peticiones.
Primera protesta
La primera protesta en Mallorca llegó el martes por sorpresa. Un grupo de agricultores del Raiguer convocó una tractorada vía whatsapp el mismo lunes por la noche. El objetivo, aseguraron, era mostrar su apoyo a las protestas de sus compañeros de la Península. Otros, en cambio, creen que fue un «toque de atención» a las organizaciones agrarias de la Isla para que movieran ficha y presentaran un plan de reivindicaciones.
Estas llegaron dos días después, cuando Asaja, Unió de Pagesos, UPA y las Cooperativas Agroalimentarias anunciaron una gran tractorada unitaria para el 19 de febrero. Además, presentaron seis demandas concretas. Tres dirigidas a la Unión Europa y otras tres a nivel autonómico.
Las demandas europeas y estatales son similares a las del resto del Estado. Critican el exceso de burocratización por lo que piden una moratoria en la implantación del cuaderno de campo digital y de la factura electrónica para tener que presentarla solo una vez al año y no cada mes, como ahora está previsto.
La entrada de productos importados de países extracomunitaros es una reivindicación que ha tenido gran apoyo al exigir que Europa regule la entrada de alimentos de países terceros y que exija las mismas normas que se requieren para los agricultores y ganaderos europeos. No tiene sentido prohibir pesticidas en Europa por ser perjudiciales para la salud o el medio y luego importar productos que se desconoce si llevan dichos pesticidas. Los elevados costes que provoca el cambio climático y la sequía es el tercer punto de sus demandas.
Peticiones locales
La necesidad de una administración más ágil y la promoción del producto local centran dos de las principales demandas del sector para el Govern balear. Una de ellas es clave: Hacer cumplir la ley de cadena alimentaria y producto local donde obliga a que los establecimientos turísticos ofrezcan a sus clientes al menos un 3 % de producto local. La última petición es, tal vez, la más ambiciosa y no por ello menos importante. El reconocimiento efectivo de la insularidad es clave, aunque conseguir que Balears tenga el mismo estatus que las islas griegas no será fácil.
Jaume Adrover: «La sequía ha sido la estocada para el sector ‘eco'»
Jaume Adrover forma parte de Apaema. El jueves participó en la asamblea de Porreres donde los agricultores ecológicos evidenciaron el mal estar que viven y que, según Adrover, «la sequía ha sido la estocada final». «La administración no ha sabido ser ágil ante el problema que tenemos de sequía» apunta mientras recuerda que en los últimos años el sector ha vivido importantes reveses que van agravando la situación. «¿Por qué cualquier otro trabajo con su esfuerzo puede ganarse el sueldo y el payés por horas que le eche, no salen las cuentas?, se pregunta.
Joana Riera: «Debe haber más controles con los productos de fuera»
Joana Riera junto a su hermana cuentan con una empresa familiar de hortaliza que han dado el paso de la agricultura convencional a la ecológica. Riera, al igual que Adrover, destaca la gran problemática que vive el sector con la escasez de agua «porque ahora todavía tenemos, pero debemos preguntarnos qué pasará en verano», ejemplifica. Da total apoyo a las reivindicaciones que Apaema formuló el viernes y recuerda la importancia de que Europa fije controles para los productos de procedencia extracomunitaria «debe haber más controles porque también es cuestión de salud», añade.
Joan Deyà ‘Det': «La transformación medio ambiental debe ser paulatina»
Joan Deyà ‘Det' secunda buena parte de las protestas que hacen sus compañeros agricultores y asegura que la transición medio ambiental y digital que exige ahora Europa no puede ser tan rápida, «debe hacerse de manera paulatina». Asegura que el sector agrario en Mallorca es un sector envejecido, por lo que les resultará muy difícil hacer esta transición. Unas normas, añade, que son necesaria, pero deben secundarse con más tiempo. Por otra parte Deyà destaca la necesidad de incrementar las ayudas por los sobrecostes que supone la insularidad, ya que no permite ser competitivo.
Miquel Estelrich: «Todo el sector debe salir a la calle y hacer frente común»
Miquel Estelrich es ganadero en el Migjorn y tiene claro que el día 19 de febrero participará en la tractorada convocada por las organizaciones agrarias. Señala que «todo el sector debería secundar la protesta, porque tenemos que hacer frente común de manera unánime». Explica que la situación que viven los ganaderos está al límite: «Desde el 1 de diciembre al 1 de febrero en la lonja nos ha rebajado 1,6 euros el kilo de animal, lo que significa que dejamos de ingresar 20 euros por cordero», lamenta mientras recuerda que con la sequía sus costes de producción han incrementado.
Las claves
-
Las demandas
1 Exceso de burocracia. Exigen la disminución y flexibilización de las normativas europeas que debe cumplir el sector y son difíciles de asumir en el periodo impuesto por la administración.
2 Productos de terceros países. Que los productos importados de terceros países cumplan las mismas normas sanitarias, de fitosanitarios, bienestar animal y normativa laboral que se exigen a los productos de aquí.
3 Sequía y cambio climático. El cambio climático disminuye la capacidad productiva del sector, por lo que piden una flexibilización y simplificación de la PAC en los ecoregímenes y las BCAM.
4 Administración para el payés. Reclaman una administración más eficaz y eficiente, que legisle hacia el sector agrario, así como una administración hidráulica dirigida para que el sector disponga de agua.
5 Producto local vs producto de fuera. Potenciar el producto local tanto a nivel de la gran distribución como a nivel del sector turístico. Exigen el cumplimiento de la Ley de la cadena alimentaria y producto local.
6 Estatuts de insularidad. Que Europa otorgue a las Illes Balear de un estatus de insularidad como ya tienen las islas griegas y piden al Govern y al Parlament que defiendan la medida ante Bruselas.