El Grup d'Amics en Defensa del Medi Ambient (GADMA) ha denunciado que en el suelo rústico de los terrenos previstos para la ampliación del polígono de Binissalem «se están realizando tareas de carácter industrial que no están permitidas en la Llei de Sòl Rústic y la Llei de Residus», según indica el portavoz de la entidad, Bernat Fiol.
En concreto alertan de que «se está almacenando material diverso como tuberías y restos de materiales, limpiando numerosos depósitos con chorro de arena y se ven camiones entrando y saliendo de la parcela propiedad de una empresa constructora», indica Fiol. GADMA denuncia «un uso indebido del territorio, al tratarse de rústico urbanizable y que el plan parcial para la ampliación del polígono lleva quince años caducado. Ha sido ahora, cuando Més llevó una propuesta para desclasificarlo, cuando se ha vuelto a entregar la documentación al Ajuntament para que se apruebe por pleno».
La entidad ecologista solicitará hoy al Ajuntament de Binissalem «que actúe y que el departamento de Urbanisme detenga esta actividad no permitida. En caso de que nos ignoren, tenemos previsto llevar al Consistorio a los juzgados por prevaricación», relata Bernat Fiol. GADMA también ve «una clara intención especulativa. La ampliación del polígono, que supondría duplicar su extensión actual hasta las 28 hectáreas, no es necesaria y el Ajuntament no tiene un proyecto de futuro para las generaciones venideras».
Xisco Delacio posee una finca anexa a la parcela donde se está llevando a cabo esta actividad y también denuncia «las molestias de ruido y polvo que provocan los operarios cuando limpian los depósitos o se deposita material, incluso los sábados». Delacio logró que se desclasificara su finca para excluirla del plan parcial para ampliar el polígono, «algo que desde el Ajuntament dicen que no es posible», concluye Bernat Fiol.