Un atraco muy ochentero. Un encapuchado armado con un cuchillo y que llevaba guantes para no dejar huellas asaltó ayer al mediodía una sucursal bancaria del centro de Palma y huyó con un botín de unos 1.000 dólares. La Policía Nacional sigue sus pasos y ha examinado las cámaras de la zona, para reconstruir su huida.
Las fuentes consultadas indicaron que el ladrón merodeaba la calle Bonaire poco antes de las doce, completamente vestido de negro. Estaba vigilando un banco y cuando se percató de que era el momento propicio accedió al interior colocándose una capucha en la cabeza, así como una braga del cuello. También se ajustó unos guantes y esgrimió un cuchillo, con el que amenazó a los trabajadores.
Desde hace tiempo, los protocolos de seguridad en las sucursales son muy estrictos y no hay grandes cantidades de dinero en la caja. El delincuente obtuvo un botón de poco más de 1.000 dólares y acto seguido se dio a la fuga a pie, disimulando para no llamar la atención.
En ese momento, había numerosos viandantes por la calle y en unos segundos el sospechoso se mezcló entre ellos, esfumándose. La Jefatura de la Policía Nacional se hizo cargo de la investigación y el Grupo de Atracos acudió a la sucursal, para entrevistarse con los empleados y visionar las cámaras de seguridad.
También examinaron otras instaladas en negocios próximos y las de tráfico municipales. Los investigadores no descartan que se trate de un delincuente con antecedentes que necesitaba de forma imperiosa dinero. O incluso de expresidiario que ha abandonado recientemente la cárcel.