El Consell de Mallorca ha iniciado las tareas de desbrozado y de limpieza de la antigua central térmica de Alcúdia, situada en Alcanada. Se trata de la primera intervención que se realiza desde que la institución insular comprara la antigua instalación, hace un año, mientras trabaja de forma paralela en los pliegos para poder sacar a concurso la descontaminación del recinto, un proceso que se prevé largo y complejo.
Esta primera fase iniciada este lunes incluye el desbroce de la maleza que ha crecido durante los más de 40 años de abandono de la central de Alcanada, que quedó en desuso en 1982 tras la construcción de la planta de Es Murterar, más moderna y potente. También se realiza una limpieza del recinto y la retirada de escombros, además de una revisión del vallado de todo el perímetro de la finca. La empresa Tragsa se hará cargo de estos trabajos, cuya duración se estima de cuatro meses.
Primera intervención
La directora insular de Projectes Estratègics i Relacions institucionals del Consell, Maria Elena Jaume, supervisó este lunes las intervenciones, que son las primeras que se realizan desde que, en diciembre pasado, se formalizara la compra con la entrega simbólica de las llaves por parte de Endesa. Jaume ha señalado que se ha iniciado el desbroce del complejo, la poda de los árboles que se conservarán y la tala de aquellos que suponen algún riesgo para las instalaciones. Además, se realizan tareas de desescombro de las naves y de retirada de residuos no contaminantes de las zonas exteriores.
En cuanto a la limpieza, esta primera semana se concentra en las naves de taller, almacén y oficina, y en los exteriores del aparcamiento. «El desbroce y la limpieza tienen la finalidad de facilitar futuras actuaciones que se llevarán a cabo en la central de Alcanada; ya trabajamos en la descontaminación, que es un proceso complejo, para convertir Alcúdia en un referente mundial de la descarbonización del mar», destaca Maria Elena Jaume.
Paralelamente a esta primera fase, el Consell está trabajando en la redacción de los pliegos para poder licitar la descontaminación de la central y sus terrenos, un trabajo que se prevé poder realizar en 2024, con una duración de dos años y cuyo coste se calcula en unos 4,5 millones de euros.
Cuando finalicen estos trabajos técnicos el Consell decidirá el uso final de la central de Alcanada, si bien no descarta dar continuidad al proyecto Alcúdia Tech Mar, iniciado la pasada legislatura. Se trata de una idea impulsada por el Ajuntament d'Alcúdia con el objetivo de atraer proyectos innovadores de economía azul, para la descarbonización de mar y la navegación, convirtiendo el municipio en un referente en este campo de investigación.
Origen, presente y futuro
La central Alcúdia I fue inaugurada a finales de 1957 y se alimentaba con carbón autóctono de Mallorca, procedente de las minas de Alaró, Lloseta y Sineu. El recinto industrial fue diseñado por el premiado arquitecto Ramón Vázquez Molezún. Su puesta en marcha permitió satisfacer la gran demanda de energía que causó la llegada del turismo la Isla en los años '60 del sigo pasado.
La central ha permanecido cerrada y en estado de deterioro desde su clausura, en 1982. Endesa procedió a mediados de 2022 a su venta a un fondo inversor extranjero, Ginko, cuyo objetivo era la construcción de bloques de pisos en esta parcela frente al mar. La venta se realizó por 300.000 euros, pero el Consell de Mallorca efectuó su derecho a tanteo y finalmente compró la central de Alcanada por el mismo precio en noviembre de 2022. Paralelamente, inició un expediente para proteger los elementos de valor patrimonial como Bien de Interés Cultural.
A lo largo de 2022, El Ajuntament d'Alcúdia impulsó el proyecto Alcúdia Tech Mar, que pretende convertir la central de Alcanada en un referente en soluciones innovadoras para la descarbonización del mar. El Consell, presidido ahora por Llorenç Galmés (PP) debe dedidir si continúa con esta idea o tiene otros planes para la vieja planta de Alcanada.
La central térmica de Alcanada sigue siendo un lugar querido por generaciones de vecinos de Alcúdia y de toda la Isla, que recuerdan su impacto en la economía y en el desarrollo de la industria turística. Dio trabajo a muchas personas durante su época de funcionamiento, entre 1957 y 1982.