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El Consell comprará la antigua central térmica de Alcanada por 300.000 euros

Convoca un pleno extraordinario el día 29 de junio para ejercer el derecho de tanteo

La vieja central de Alcanada, diseñada por el arquitecto Ramón Vázquez Molezún, lleva 34 años cerrada.

| Alcúdia |

El Consell de Mallorca celebrará un pleno extraordinario el 29 de junio (día de Sant Pere) para ejercer el derecho de tanteo y comprar la antigua central eléctrica de Alcanada al fondo extranjero Ginkgo por un importe de 300.000 euros, el mismo que el fondo inversor internacional pagó por la factoría a Endesa. Cabe recordar que el Consell aprobó recientemente la incoación del expediente para proteger como bien de interés cultural (BIC) la central de Alcanada y el poblado de los trabajadores de Gesa, que ya estaban catalogados por el Ajuntament. La incoación del expediente del BIC abre la posibilidad de que el Consell ejerza el derecho de tanteo para hacerse con el conjunto y garantizar su protección. Debe hacerlo antes del 10 de julio.

El pasado viernes, la presidenta del Consell, Catalina Cladera, ya ultimaba contra reloj el expediente para convocar este lunes la comisión informativa del pleno. El plazo para ejercer el derecho de tanteo finaliza el 9 de julio. De ahí la tramitación urgente. «Ante la posibilidad de que la propiedad del bien catalogado quedara en manos de una empresa de fuera de Mallorca Endesa nunca lo tenía que haber vendido», dice la presidenta. Cladera está convencida de que «debe de ser el Consell el que, junto al resto de administraciones públicas, lidere la reconversión de esta zona estratégica ligada a la historia de Alcúdia pero también de toda Mallorca. Es una reconversión largamente reivindicada».

La presidenta avanza que la reconversión «debe ir en la línea del proyecto Alcúdia Tech Mar apostando por un nuevo modelo ligado a la economía verde que nada tiene que ver con el proyecto de construir bloques de pisos que pretendía el fondo inversor». «El uso comercial o residencial no puede tener cabida en una zona emblemática como esta junto al mar. Igual que Palma quiere convertir el polígono de Llevant en un nuevo distrito de innovación, la central de Alcanada tiene que ser un polo de innovación para los sectores de economía verde y economía azul», añade.

La presidenta del Consell tiene claro que «este equipamiento de interés general no puede dejar de ser un patrimonio público y es hora de tomar una decisión valiente que rompa con los planes urbanísticos de Gingko y garantice que no haya especulación». El Consell desconfía de la valoración en la que se basa el contrato por el que Gingko vendió a Endesa el conjunto por 300.000 euros y que calcula un coste de descontaminación de 24 millones. «Encargaremos los estudios para conocer el coste real de la descontaminación porque no tenemos por qué aceptar el valor pactado por Gingko y Endesa», dice. La idea del Consell es impulsar la reconversión estratégica aprovechando los fondos Next Generation y los fondos de Transición Justa para las comarcas afectadas por el cierre de centrales térmicas.

El apunte

ARCA y el PI exigen a las administraciones que no dejen pasar una «oportunidad histórica»

Mientras la presidenta del Consell, Catalina Cladera, ultimaba el expediente para convocar el pleno extraordinario para adquirir la central de Alcanada, nuevas voces se sumaban a la petición de ejercer el derecho de tanteo para que la vieja factoría eléctrica pase a ser de titularidad pública. El alcalde de Alcúdia, Domingo Bonnín (PI), compareció ayer in situ con la portavoz del PI en el Consell, Xisca Mora, para hacer pública su petición expresa al Consell para que compre el complejo y desarrolle el proyecto Alcúdia Tech Mar, declarado proyecto estratégico por el Govern. Bonnín apuesta porque la central sea «un punto neurálgico de la diversificación y transformación del modelo productivo orientado a afrontar los retos y efectos del cambio climático a través de la descarbonización del mar». Por su parte, la asociación para la defensa del patrimonio de Mallorca ARCA animaba también ayer a las instituciones a tomar medidas para evitar que la central pasara a manos de un fondo inversor extranjero. ARCA destaca que se trata de un «patrimonio industrial de primer orden» y que la declaración de bien de interés cultural también protegerá el antiguo poblado de Gesa.

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