La central térmica de Alcúdia tiene que recuperar el liderazgo que ejerció en la industrialización de Mallorca tras su puesta en funcionamiento en 1957, atrayendo inversiones relacionadas con la economía verde y azul que prima la Europa actual. Este es el objetivo que defendieron ayer tanto la presidenta del Consell, Catalina Cladera, como la del Govern, Francina Armengol, ante el complejo industrial de Alcúdia que el Consell de Mallorca ha comprado a Endesa por 300.000 euros.
Ayer, Catalina Cladera recibió simbólicamente las llaves de la vieja central de manos del director general de Endesa en Balears, Martí Ribas. Este explicó la importancia que tuvo para el desarrollo de Mallorca y para las muchas familias cuyos miembros trabajaron en ella, esta central inaugurada en 1957 y que se alimentaba «con carbón autóctono de las minas de Alaró, Lloseta y Sineu».
Arraigo histórico
Por su parte, Bàrbara Rebassa, quien ayer ejercía de alcaldesa en funciones, corroboró esta relación histórica de la gente de Alcúdia con la vieja central situada en el camino de Alcanada. «Tiene un gran simbolismo porque casi todas las familias del pueblo tenemos algún familiar que ha trabajado en ella», explicó.
Cladera explicó también que la prioridad del Consell es poner en marcha un proyecto innovador para la recuperación de la central y apuesta por crear un centro para la descarbonización del mar, como propone el Ajuntament d'Alcúdia. «Lo primero es iniciar la descontaminación con una partida de un millón de euros que hemos reservado para 2023, mientras esperamos los fondos para cubrir los 4,5 millones que costará retirar los residuos peligrosos».
A la vez, el área de Patrimoni del Consell continuará con el expediente de declaración de la central y el poblado anexo como Bien de Interés Cultural, pero protegiendo «solo de las partes más emblemáticas» para no condicionar los usos futuros que pueda tener.