La plaza de Inca volvió este domingo a abrir sus puertas con motivo de la celebración de una corrida de toros mixta, en la que se lidiaron reses de la ganadería de El Onsareño, Gómez de Morales y Hermanas Moreno Lemonche. En matices generales, nobles en el juego, con raza y bien presentados. El festejo se retrasó unos minutos ya que todavía había público comprando su entrada. Los tendidos registraron una muy buena entrada, gracias a la vuelta del festejo mayor, demostrando que la afición a la fiesta se mantiene viva en la Part Forana.
Abrió la tarde, el rejoneador Juan Manuel Munera, con una res de Hermanas Moreno Lemonche. No estuvo acertado con los rejones, impidiendo una lidia fluida. El de las banderillas mejoró con doma, pero no consiguió trofeo por un bajonazo en el rejón de muerte. Seguía la tarde el torero de Zaragoza Imanol Sánchez, con un toro de la ganadería mallorquina El Onsareño. Bien presentado e integro de cara. Se gustó con el capote, pero llegó al público banderilleando al animal.
Con la muleta tuvo buenos lances y se vio que en la isla tenemos una buena ganadería. Estoqueó en lo alto pero necesitó dos descabellos para acabar. Se le concedió un apéndice tras petición. El debutante con los de castoreño, el mallorquín; Gabriel Pericás se inició de rodillas ante uno de Gómez de Morales de brillante presentación, siguiendo con chicuelinas y levantando al público asistente. Como hacía sin caballos, banderilleó. Le sonó la música tras dominar la muleta y entender a su oponente. Siempre colocado en su sitio, con suavidad y a media altura como pedía el animal. No tuvo suerte con el primer acero, pero más certero estuvo con su segundo. Descabelló y desorejó al novillo tras una fuerte petición.
Después del descanso le tocaba de nuevo al rejoneador, con uno de Gómez de morales, más bajo en presentación, pero dando juego. Estuvo más acertado con los rejones de castigo que en su anterior oponente. Con las banderillas siguió conectando con los asistentes. Tras un rejón de muerte trasero, desorejó al animal. El aragonés volvía a faena con uno de Hermanas Moreno Lemonche, más justo de fuerza, pero con raza. Actuó con las banderillas, acabando al violín. Quiso brindar su toro al debutante de la tarde. Supo estar y entendió al que llaman de ganadería dura. Tuvo tandas que acabaron en trofeo doble al estoquear con enorme certeza. Ya en la oscuridad y alumbrado con los focos, para cerrar el telón de la tarde, salió por la puerta de chiquero un novillo de excelencia presencia de El Onsareño. Pericás lo paró a la verónica con un quite a la antigua. Se puso con los palos de nuevo, invitando a la ejecución, al aragonés y a uno de plata de su propia cuadrilla al tercio. Levantaron al tendido. Quedaba el tercio de muleta y estando muy cerca de las complicadas velas del de Son Ferriol. Ejecutó la suerte final con una estocada y un descabello que le valieron un trofeo.