El hallazgo este miércoles de los posibles restos de las cinco milicianas asesinadas en el desembarco de Bayo ha suscitado un enorme interés sobre una de las grandes batallas de la Guerra Civil en Mallorca. La contienda no se limitó a la isla, sino que fue clave en el devenir de la batalla e incluso adquirió impacto internacional. Pese a su relevancia y las investigaciones de los últimos años, aún quedan por resolver muchos enigmas, de los que poco o nada se sabe.
Ocurrió en la madrugada del 16 de agosto de 1936, durante el primer mes de la Guerra Civil española. Según detalla el periodista, doctor en Historia y colaborador de Ultima Hora, Manuel Aguilera, más de 5.000 soldados desembarcaron por mar y aire en las costas de Manacor, Sant Llorenç y Son Servera, en una operación dirigida por la Generalitat de Catalunya y apoyada por el gobierno republicano de Madrid, con el objeto de recuperar Mallorca, en manos del bando sublevado. La contienda avanzó por tierra unos seis kilómetros hacia el interior, hasta asentarse en un frente de unos 12 kilómetros de largo. Sin embargo, lo que pretendía ser una rápida emboscada, terminó derivando en una guerra de desgaste en la que los defensores consiguieron detener la ofensiva. Terminó en apenas 20 días y se convirtió en la primera gran derrota de la República. El gobierno de Madrid ordenó la retirada, al estimar más útiles los recursos en otros frentes abiertos en la Península. A Mallorca la dieron por perdida y la isla acabó sirviendo como base italiana, que machacó sin descanso a toda la retaguardia republicana.
Además del rumbo de la guerra, lo sucedido en Mallorca adquirió una trascendencia internacional. El general Alberto Bayo, al mando de la operación, acabó instruyendo de Fidel Castro y el Che Guevara, siendo uno de los artífices del desembarco de Cuba, que, a diferencia del de Mallorca, sí triunfó.
Enigmas aún por descubrir
Han transcurrido casi 87 años del terrible suceso y pese a los estudios realizados al respecto, aún restan muchos interrogantes. Entre ellos, todavía no se conoce con precisión cuánta gente participó, a qué organizaciones pertenecían ni la cifra exacta de heridos y muertos. Hay fuentes que hablan de 240 prisioneros, mientras que otros expertos reducen la cifra a 40. Sea el número que fuera, se supone que todos acabaron fusilados.
Queda por saber también el paradero de los fallecidos, algo sobre lo que este miércoles se ha arrojado cierta luz, con el posible descubrimiento de tres de las cinco milicianas que participaron. Eso sí, aún sigue siendo un misterio la identidad de la quinta de las jóvenes, de la que se desconoce su nombre. Sí se sabe que fue la autora de Diario de una miliciana, un escrito en el que narró sus vivencias durante el inicio de la contienda y hasta el 4 de septiembre, víspera de su fusilamiento. El escrito llegó a manos de Bárbara Ferrari, parece que pariente del periodista Francisco Ferrari Billoch, y publicado por el semanario falangista de Manacor, Arriba, en 1938. El diario original nunca se ha encontrado, por lo que se pone en duda su veracidad. Los historiadores sospechan que pudiese ser tergiversado por la Falange. El verdadero testimonio de lo que ocurrió en Mallorca podría estar ahora en el cajón de alguna casa mallorquina, perdido en el olvido.
El apunte
El tema ha sido investigado en profundidad por diferentes expertos. Destacan obras como Un periodista en el desembarco de Bayo: Gafim y la Guerra Civil en Mallorca, del periodista, doctor en Historia y colaborador de Ultima Hora Manuel Aguilera; Moriren dues vegades, del historiador manacorí Antoni Tugores o el documental Milicianes, del historiador Gonzalo Berger y la documentalista Tania Balló.