El Ajuntament de Llucmajor ha iniciado los trámites para reclamar que las urbanizaciones de Vallgornera y Cala Pi estén extentas de alcantarillado. A finales del mes de julio, tras conocer el estudio del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), el Consistorio llucmajorer ya empezó a estudiar la petición de eximir ambas urbanizaciones de contar con alcantarillado y, a cambio, obligar a las viviendas a tener depósitos estanques, fosas sépticas homologadas.
En un primer momento, el Ajuntament decidió seguir el modelo existente en Alcanada (Alcúdia) pero por diferentes motivos no se pudo seguir. Además, la intención del Ajuntament de Llucmajor era de contar con la solución el pasado día 21 de agosto, un plazo que, muy a pesar de los responsables políticos, no se ha podido cumplir, según aseguran desde el Consistorio.
Ahora el Ajuntament de Llucmajor ha solicitado cuatro presupuestos a empresas especializadas para realizar un estudio de las repercusiones ambientales para realizar la tramitación por vía ordinaria. Se trata de unos estudios necesarios para poder solicitar este tipo de exención. El Ajuntament espera poder tener este trabajo realizado antes de finalizar este año y después solicitar al Consell de Mallorca que conceda a las dos urbanizaciones la dispensa de esta infraestructura. A la vez, el Consell deberá solicitar a la Conselleria de Medi Ambient del Govern los informes necesarios para dar viabilidad al proyecto. Y es que estamos hablando de una zona en la que se encuentra la gran cueva natural de Vallgornera, protegida como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y de enorme interés medioambiental y científico. Además, en unos parajes, exteriores, están catalogados como Red de Natura 2000.
La historia de la construcción del alcantarillado en estas urbanización se remonta a los años 2008/09 al salir la normativa europea que exigía la dotación de alcantarillado en todos los núcleos urbanos. En este caso, como en muchos otros de las islas, se ha ido prorrogando hasta que el 2015 se concedió la última dilación. Durante estos años el Consistorio adquirió unos terrenos para la construcción de una depuradora. Además, desde el 2006 todas las nuevas construcciones tienen la obligación de contar con fosas sépticas.
En Llucmajor, ahora hace justo un año, en septiembre de 2016, el Ajuntament realizó la aprobación inicial del alcantarillado y encargó el estudio de permeabilidad y geológico al IGME. El informe remitido por el IGME señalaba que «hidrogeológicamente el área de las urbanizaciones es de vulnerabilidad muy elevada» y eleva la posibilidad de la contaminación de las aguas subterráneas. Por ello también indica que «el posible impacto que puede tener en la cueva, implica la necesidad de implementar un sistema eficaz para el tratamiento o recogida de aguas pluviales y fecales», que podrían las fosas sépticas.