Aunque la mayoría de gente asocia los caps de bou con el municipio de Costitx, un payés también encontró una pieza similar de gran valor patrimonial en la finca de Talapi, de sa Pobla que, actualmente, está expuesta en el Museu de Mallorca.
Así se recoge en el libro de Josep Obrador (en la imagen) El cap de bou de Talapi que se presentará este viernes a las 19 horas en el espacio Sa Congregació de sa Pobla.
Gracias al trabajo de investigación de Obrador, el Museu de Mallorca ha rectificado la ficha técnica de la pieza en la que se informaba que la procedencia del cap de bou era de Búger. Ahora que se ha demostrado que se encontró en el término municipal de sa Pobla y se negocia la posibilidad de que la valiosa pieza que se descubrió en el año 1952 se pueda exponer durante un mes en el museo de Can Planas del municipio.
Además, durante el acto también se presentará el caparrot del cap de bou de Talapi que ha creado Andreu Company a petición del mismo Obrador para que esta figura se incluya en la fiesta de Sant Antoni y acompañe a las autoridades desde el Ajuntament hasta la iglesia para asistir a Completes.
También se presentará el Duro de sa Pobla, una moneda de plata antigua con la figura del cap de bou de Talapi y el escudo del pueblo.
La cultura prerromana indígena adoraba a los bueyes porque gracias a ellos podían tirar de pesadas cargas y arar los campos, además de comer de vez en cuando buenos chuletones (igual que hoy el alimento más caro de entre los comunes). ¿Cómo se movieron los bloques ciclópeos de roca con los que se construyeron los talayots, taules y navetas? De la misma manera que aún se practica hoy com deporte rural vasco: Tiro de bueyes, o arrastre de piedra. Y por supuesto, antes de que Roma nos invadiese, la lengua propia era el euskera, tal y como queda claro por la lógica básica, como por el hecho de la ubícua toponimia euskérica.