El vertido de agua sin depurar que se ha producido esta semana en s'Albufera y Son Bosc tendrá una «gran afectación temporal» pero no reportará graves efectos medio ambientales en el futuro, augura Pere Vicens, naturalista del parque natural durante dos décadas. Vicens confirma las declaraciones del actual director del parque, Maties Rebassa, el cual aseguraba que el vertido era «la punta del iceberg» de otros problemas como la salinidad o los efectos de la agricultura intensiva.
Vicens advierte que el vertido afectará a dos pequeñas poblaciones de orquídea de prado (Anacamptis robusta), una especie vulnerable que los ecologistas utilizaron como argumento para salvar Son Bosc del golf. Prevé que el vertido tenga consecuencias para especies como el chorlitejo patinegro (picaplatges), el alcaraván (sebel·lí) o el chotacabras (enganyapastors).
Debe tenerse en cuenta que los vertidos de aguas fecales, aunque menos voluminosos que el último, son habituales en s'Albufera.
Pese a su declaración como parque natural, s'Albufera está cambiando como consecuencia de la acción del hombre. De seguir así, se asemejará de cada vez más a un salobral, pronostica Vicens.