Can Oleza se prepara para ser un hotel. La propiedad del histórico casal ha presentado en el Ajuntament una modificación del proyecto, redactado por Estudio Guillermo Reynés S.L.P., que propone una ampliación de uso para pasar de residencial a también hotelero. El objetivo es hacer ocho habitaciones, de las cuales dos son las alcobas del señor y la señora de Can Oleza. En total contará con 26 plazas.
La propiedad del edificio, Condominio Once de Noviembre S. XXI, ya había adquirido las plazas turísticas con bastante anterioridad, por lo que no se había visto afectado por la moratoria hotelera, que ha estado vigente durante tres años y se derogó la semana pasada.
El inmueble, que se encuentra inmerso en las obras de rehabilitación que se iniciaron en 2018, cuenta con otro edificio colindante de la misma propiedad, Pontivic, que ya ha sido restaurado y ya tiene licencia hotelera. También cuenta con un reducido número de habitaciones.
De esta manera, está previsto que ambos edificios, uno situado en la calle Morei y el otro en la calle Pontivic, cuenten con algunos accesos que los unan, tal y como ocurría en siglos anteriores. En la reforma se han hallado varias entradas de unían los edificios. El hecho de contar con licencia de hotel permitirá a la propiedad celebrar eventos, desde bodas a presentaciones o conciertos. Además, se seguirá con la idea de abrir Can Oleza a la ciudadanía con eventos culturales.
Can Oleza es un Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de monumento. Es el resultado de diferentes modificaciones y ampliaciones de la antigua casa de la familia Descós, entre las que destacan dos grandes reformas en los siglos XVI y XVII.
Vestige Collection se encargará de comercializar estas propiedades de Condominio Once de Noviembre S. XXI. El año pasado la firma abrió Miramar, una casa señorial mallorquina en el Casc Antic, que se convirtió en su tercer y exclusivo establecimiento. Antes había abierto en Menorca el hotel Son Vell en 2023 y la finca de agroturismo Santa Ana en la primavera del año pasado.
Desde el inicio de la rehabilitación integral en 2018, se ha descubierto no solo el pasado cronológico en sus cimientos, asentados en la urbs romana, sino constatar físicamente la existencia del núcleo original de una casa anterior, Can Cos, oculta ventre sus muros. Este inmueble original proviene de una etapa renacentista que se evidencia en la fachada. Can Cos llegó a la familia Oleza en el siglo XVI proveniente de la compra de la casa a Elisabet Cos y Pere Sala por parte de Francesc Alfons de Torrella.
TM¡Yo no veo el disparate por ningún lado! Vendrán 26 turistas y se irán otros 26 turistas y así sucesivamente y durante gran parte del año. O sea, de media hablamos de 26 turistas. Los 30.000 inmigrantes a los que se refiere el comentarista (@123), vienen, pero no se va ninguno.