Son Oliva es una barriada con enorme carisma, con una personalidad propia y un perfil obrero que la define. Además de una importante vida y activismo social que encabezan entidades como la Asociación de Vecinos Nova Son Oliva, que preside Mari Àngels González y reúne a más de medio centenar de personas que se implican de manera activa en la entidad surgida, no sin apuros, hace un año.
Se sienten «abandonados» por el Ajuntament de Palma y lamentan el que alcalde, Jaime Martínez, «no haya vuelto por aquí desde la campaña, pero era de esperar», asegura la presidenta del colectivo vecinal, que sí agradece por parte de Cort el esfuerzo en materia de limpieza por parte de Emaya, saldándose así una reivindicación histórica.

Perfectamente comunicado por diferentes líneas de la EMT (39, 10, 11...) y del TIB (303) y con centros de educación próximos, aunque «insuficientes» ante el crecimiento demográfico de la zona, ahí radica una de las reclamaciones de los residentes, que contemplan como muchos de los servicios públicos están saturados por esa causa. Señalan también en este punto a la sanidad, con el centro de Arquitecto Bennàssar como referencia, pidiendo uno nuevo en el área.
Una de sus grandes peticiones a Cort es la puesta en marcha de un Casal de Barri, para el que hay un local asignado desde la anterior legislatura, pero que no acaba de salir adelante. «Necesitamos un punto de encuentro para hacer actividades, sino, tenemos que ir a otros lados», asegura González, que lamenta no disponer de un local para la propia asociación.
Mal estado
Una denuncia que trasladan es el estado de buena parte de las aceras del barrio, deterioradas y que han provocado varios accidentes, especialmente entre gente mayor o con movilidad reducida. Incluso la reorientación de algunas farolas, cuya luz molesta a vecinos de plantas bajas o los primeros pisos de algunas fincas.
El capítulo de la seguridad merece un espacio al margen. Ensalzan al Policía de Barrio, aunque creen que resulta insuficiente, al cubrir varias zonas, y apuntan al tráfico de drogas y otros fenómenos puntuales como ruidos o peleas como unos problemas enquistados en la barriada de Son Oliva, de la misma manera que nuevas inquietudes que generan incluso temor entre los vecinos, que en varias ocasiones han recurrido por este asunto la presencia de las fuerzas de seguridad.
Además de apuntar a la okupación de pisos particulares, un caso marcado en rojo por los residentes es el de la antigua escoleta infantil de la barriada que desde el pasado mes de diciembre ha recibido la visita de diferentes okupas, siendo en la actualidad tres los que allí residen, ante el temor que han generado entre los vecinos más próximos al recinto.
Peticiones
El buen estado de mantenimiento de los parques infantiles es un punto que destacan, resumiendo sus peticiones al Ajuntament de Palma en una lista variada. Empezando por el arreglo de las aceras para evitar riesgos a los peatones, especialmente a la gente mayor. A ello se suma la desokupación de la antigua escoleta y la mayor presencia policial y control del movimiento relacionado con la droga. El cuarto aspecto es la puesta en marcha de un Casal de Barri que permita realizar actividades en un barrio como Son Oliva. Y el refuerzo de los servicios públicos y el nuevo centro de salud como punto clave en su agenda.
Desde hace 42 años vivo en la calle De la Concòrdia en aquel entonces una barriada llena de solares sin construcción y muchas viviendas de plantas bajas, he visto la transformación del barrio, algo se ha mejorado con la construcción de parques pero una constante permanece en el día de hoy y, es la dejadez del Ajuntament siempre ha sido y es una barriada olvidada. Siempre sucio, aceras en mal estado y nunca reparadas como el espacio donado para espacio VERDE entre C/Còncordia y C/Isaac Albéniz durante años abandonado y convertido en una semana, días antes de elecciones municipales, por la alcaldesa Cirer en un aparcamiento, pasándose por el forro la construcción de un parque y el Casal de Barrio. Un aparcamiento con árboles inadecuados que resulta imposible aparcar por las raíces qué levantan el suelo. Un "pasaje público con dos viviendas" que he denunciado muchas veces (Ayuntamiento y radio) por la MUGRE y pintadas, un espacio de jardín sin mantenimiento, casi todo seco se ha convertido en un "cagadero de perros" En fin...