ARCA reclama mantener el monumento a Antoni Maura y el ficus en su lugar actual en la Plaça del Mercat, donde está previsto un proyecto de rehabilitación. «También pedimos un tipo de pavimento que favorezca la filtración de agua por los árboles y mantener la diferencia de altura entre el espacio peatonal y el de circulación», señaló la entidad ciudadana. Estas propuestas se han presentado al área de Infraestructures. El monumento al político Antoni Maura fue creado bajo la dirección del arquitecto Gaspar Bennazar y la colaboración del escultor Mariano Benlliure. «Esta propuesta la hacemos una vez consultadas personas expertas en materia de arbolado y de patrimonio escultórico», señalaron en un comunicado.
Después de analizar «los precedentes y valorando que la Plaça del Mercat es un lugar con un valor patrimonial incalculable en todo su entorno (iglesia, edificio singular de Bennàzar, arquitectura tradicional, edificios racionalistas y el modernismo más destacado de Palma), consideramos que el objetivo tiene que ser conservar el ambiente histórico del lugar, hacer a los peatones los protagonistas, conservar los elementos singulares al lugar donde son y evitar la proliferación de terrazas de bares. Y además que el nuevo proyecto incremente el valor patrimonial del lugar, evitando la despersonalización con elementos como pilones, jardineras o mobiliario inadecuado».
Estas propuestas se han hecho llegar al Ajuntament de Palma y desde la entidad confían en que sean aceptadas «para la redacción de un proyecto que consideramos será más económico y adecuado». ARCA señala que «podríamos aventurar que el ficus y el monumento son casi coetáneos. En cualquier caso, es casi seguro que han convivido durando cerca de 100 años, puesto que el monumento fue levantado en 1929».
«Este monumento fue ubicado en aquel preciso lugar a una de las plazas más importantes arquitectónicamente e históricamente de la ciudad, puesto que casi todos los edificios que lo rodean tienen gran interés patrimonial. Mejor diríamos, todos los edificios que ahora la conforman. La elección del espacio fue meditada», dice ARCA, que añade que en aquel momento se tuvo en cuenta la ubicación y la orientación.
Por otro lado, advierte que «el ficus no está provocando peligro a la estructura del monumento, tan solo lo ha 'abrazado' un poco por una de las esquinas de la base, sin que esto pueda provocar ninguna alarma, ni para la estabilidad del árbol ni del monumento». En cuanto al pavimento, «el suelo duro e impermeable de la plaza no favorece un crecimiento sano de los árboles. Sería apropiado establecer un tipo de techo blando y permeable que favorezca la infiltración de agua de lluvia y mejore la presencia de CO2 al suelo en las zonas donde hay arbolado y en toda la plaza en general».
Desde ARCA consideran que «cambiar el monumento de ubicación supondría perder una parte de la autenticidad histórica y provocaría un efecto pantalla sobre los elementos arquitectónicos de la zona. Sería mucho más costoso, y siempre hay el riesgo de fractura de los elementos originales en el desmontaje».
También rechaza la creación de una plataforma única, ya que «esta tendencia quita personalidad en las plazas de nuestros pueblos y ciudades. Para separar la zona peatonal y la de circulación además, desde la administración se propone colocar hileras de pilones que vulgaricen el paisaje. Es igual si fueran jardineras: también implicaría des personalización. Conservar el desnivel con acera de piedra sería lo más adecuada. También garantizaría la seguridad del niños, que a una plataforma única es mucho más fácil que invadan la zona de circulación de vehículos, sea esta limitada o no. Evidentemente la accesibilidad tiene que estar garantizada con pequeñas rampas a todos los lugares necesarios». Por otro lado, la entidad propone que el mobiliario sea estudiado en armonía con todo el eje del Borne –Ramblas, que incluye también Plaza Juan Carlos I y la convergencia de la calle Unión con Ramblas.