La decisión del PNV de apoyar la moción de censura del PSOE contra Mariano Rajoy, que ha descartado dimitir, hará previsiblemente este viernes presidente al líder socialista, Pedro Sánchez, que se ha comprometido a gobernar con los presupuestos del Gobierno del PP.
A los votos de los 84 diputados socialistas hay que sumar los 67 de Unidos Podemos -a expensas de lo que digan sus bases-, los 9 de ERC, los 8 del PDeCAT, los 5 del PNV, los 4 de Compromís, los 2 de EH Bildu y uno de Nueva Canarias, con la abstención inesperada de Coalición Canaria. Sólo votarían en contra el PP, Ciudadanos, UPN y Foro, es decir, 169 diputados.
El principio de la primera sesión del debate de la moción de censura ha sido para los políticos de auténtico infarto, a la espera de la decisión de la Ejecutiva del PNV, que no se ha confirmado hasta reanudada la sesión de la tarde.
«Por responsabilidad» y «por ética» han sido los motivos del PNV para respaldar la censura a Rajoy, que durante la mañana se ha enfrentado a sendos cara a cara con Sánchez y con el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, pero que por la tarde no ha acudido al pleno del Congreso, lo que ha levantado todo tipo de especulaciones sobre su futuro inmediato.
Fuentes de la Moncloa han asegurado que Rajoy no va a dimitir y que acudirá este viernes a la Cámara a votar la moción de censura, intenciones que luego ha confirmado ante la prensa la secretaria general del PP y ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal.
Cospedal ha argüido que Rajoy no dimite porque eso no garantizaría al PP seguir en el Gobierno y ha acusado a algunos partidos de difundir ese rumor para tratar de «tapar la vergüenza» de que mañana vaya a ser investido Sánchez con los votos de «radicales y separatistas».
A su juicio, esa dimisión «sería un ejercicio estéril y no beneficiaría en nada al interés general de España y del PP, que, en este caso, van de la mano».
Si el propio Rajoy pensara que su dimisión es buena para el interés general de España o el PP, haría «lo que fuera menester», ha subrayado Cospedal, pero lo cierto es que la «aritmética parlamentaria» actual impediría investir a otro presidente del Partido Popular.
La intervención más esperada de la tarde ha sido la del portavoz del PNV, Aitor Esteban, que ha confirmado el voto afirmativo de los cinco diputados de su grupo y ha acusado a los cuatro grandes partidos de llevar meses provocando «tsunamis» y demostrando su incapacidad de acuerdo.
Según Esteban, un voto negativo del PNV no aportaría más estabilidad, y menos aún cuando ya otros partidos como Podemos han anunciado que presentarían otra moción de censura y cuando se prevé que siga «el goteo» de noticias de los tribunales. «Creemos que respondemos a lo que mayoritariamente demanda la sociedad vasca y la responsabilidad votando sí; confío en que el diálogo que ha prometido sea cierto y que no abuse de la prerrogativa que le estamos dando», le ha pedido Esteban a Sánchez.
El líder socialista, que por la mañana ya garantizó que gobernaría con los Presupuestos del Gobierno de Rajoy, ahora en trámite en el Senado, ha agradecido el apoyo del PNV y se ha comprometido a hacerle «socio preferente para eventuales cambios legislativos».
Sánchez ha pedido a los nacionalistas vascos «comprensión», «empatía» y «predisposición» para esa nueva relación política que «abre un nuevo tiempo para España y para Euskadi». «He tenido tiempo de analizar mis errores y le garantizo que, como partido de Estado, intentaremos anteponer los intereses generales a los partidarios», ha prometido Sánchez.
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, por su parte, ha lamentado que Rajoy no haya aprovechado su «última oportunidad» para dimitir y buscar una salida «digna, pactada y en las urnas». Rivera ha ofrecido además a Sánchez que rectifique, pare la moción de censura y pacte con Cs unas elecciones a corto plazo, para no tener que apoyarse en los que han intentado dar «un golpe de Estado» en Cataluña.
Sánchez le ha replicado acusándole de «vivir a costa de la confrontación territorial» y de crecer en las encuestas por la «incapacidad» del PP de hacer frente a ese discurso «irresponsable» y de asumir su responsabilidad por la corrupción. «Quieren larga vida a Rajoy para seguir arañando expectativas electorales», le ha reprochado.
En cualquier caso, la decisión de Cs ya es irrelevante para la votación de mañana y también lo es el viraje de último minuto de CC, que el fin de semana acordó no apoyar la moción junto a los independentistas ni Bildu y que hoy ha anunciado que se abstenía.
Cuenta Sánchez con el voto a favor de Unidos Podemos, aunque Pablo Iglesias opina que no ha estado a la altura de un presidenciable, por no haber hablado a todos los españoles y presentarse como un «mal menor».
Iglesias en su turno de intervención ha pedido a Sánchez que tenga «más dignidad» y que no permita las burlas de Rajoy por querer gobernar con sólo 84 diputados, y le ha ofrecido que construya un Gobierno apoyado por una mayoría de 156 diputados, incluidos los de Unidos Podemos.
Oferta que ha sido respondida por Sánchez, que le ha propuesto que empiecen juntos a trabajar con «humildad» y «fuertes dosis de realismo», para no «quebrar las expectativas» de mucha gente «necesitada» de sus políticas de izquierdas.
También tendrá el apoyo de ERC, pero su portavoz parlamentario, Joan Tardà, le ha aclarado que en realidad es un no a que Mariano Rajoy siga siendo presidente, así como el del PDeCAT, cuyo portavoz, Carles Campuzano, ha emplazado al líder socialista a repensar «los climas sociales y políticos».
Del mismo modo, apoyarán la moción Compromís; EH Bildu, pese a considerar que Sánchez y Rajoy «están del mismo lado» y pertenecen a «un mismo régimen basado en la imposición y la negación», y el diputado de NC Pedro Quevedo.
Votarán en contra el Foro y UPN, socios electorales del PP, si bien este último ha dicho que le hubiera gustado que se convocaran elecciones.