«Es un milagro». Esta es la frase más repetida desde la tarde del martes entre el personal y los trabajadores de las diferentes áreas del aeropuerto de Son Sant Joan, en Palma. El desprendimiento de escombros sobre una cubierta de cristal que cedió y cayó sobre la zona de llegadas, cerca del espacio de recogida de equipajes y frente a unas máquinas expendedoras, ha elevado todavía más si cabe las alertas entre los empleados, pero también entre los demás usuarios. Además de la indignación y preocupación de los sindicatos, que llevan tiempo denunciando la inseguridad en las obras que desde hace meses se llevan a lugar en el aeródromo mallorquín.
«Ya no es una zona de riesgo para los trabajadores, ahora también para los pasajeros», asegura Susana Carballido, responsable del área de sector aéreo de Comisiones Obreras (CCOO), quien recuerda que desde el sindicato «hemos denunciado a Inspección de Trabajo y a las instituciones todo esto, pero AENA no nos ofrece información alguna». De hecho, desde el aeropuerto se ciñen únicamente a la investigación interna abierta y la depuración de responsabilidades si procediera.
La portavoz de Comisiones Obreras lamenta que son hechos reiterados, «porque si no llueve y se inunda, caen placas sobre mostradores, que han provocado incluso ataques de ansiedad, y otros de asma a consecuencia del polvo que generan las obras», asegura Carballido, quien mantendrá en breve una reunión en el sindicato para ver cuáles serán las siguientes acciones a desarrollar, tras el suceso del martes que, por fortuna, no causó daños personales, «aunque si algún día pasa algo, ya veremos quién responde», apostilla la representante de CCOO.
«Esto es el día a día»
Por su parte, desde USO se suman al descontento, preocupación y malestar de los trabajadores de Son Sant Joan ante unos hechos que no son nada nuevo, pese al impacto de los últimos acontecimientos. «Esto es el día a día», dice Miguel Sañudo, secretario general de la Federación de Trabajadores de la Seguridad Privada, un colectivo que ha sido testigo y conoce bien estas incidencias a causa de las obras del aeropuerto.
«Desde que se iniciaron las obras, se han denunciado por la falta de seguridad, pero no se han tomado medidas», considera el representante sindical de USO, quien lamenta que desde AENA se les informe de que «son hechos puntuales, pero los que trabajan allí, saben que no es así...». Dice que tienen quejas de personal de los mostradores de facturación, de limpieza, recogida de carritos... «y ahora se sumarán los pasajeros, porque ayer -por el martes- fue un susto gordo y un milagro que no hubiera ningún herido».
Aseguran desde USO que se han trasladado estas denuncias a la Inspección de Trabajo, al Ministerio de Fomento y al Govern, teniendo sus dudas sobre «quién se hará responsable si algún día pasa algo», intuyendo que la investigación anunciada por AENA «no quedará en nada, aunque ojalá sirva para que se actúe de una vez antes que de que tengamos que lamentar una desgracia», prosigue Sañudo.
Apenas 24 horas después del percance, la relativa normalidad había regresado a Son Sant Joan. Pese a que todo el personal hablaba de forma casi única del incidente, los pasajeros seguían pasando y transitando por debajo de la cubierta de cristal, habiéndose perimetrado la zona afectada, especialmente la de las máquinas expendedoras. Eso sí, una llamativa cubierta de tablas servía de escudo y techo.
Mallorca podría avergonzarse de un aeropuerto así. Millones de turistas, millones de dinero, y a ver qué tal queda. Mallorca está un poco atrasada en construcción. Pero no hay nada de qué sorprenderse. Toda Mallorca es así: casas y pisos en mal estado. No saben cuánto pedir de alquiler y los pisos tienen humedad y moho. Solo tienes que mirar a tu alrededor y verás cómo es.