Alarma en el aeropuerto de Palma al producirse a primera hora de esta tarde el derrumbe de una parte del techo en la zona de llegadas del aeródromo de Son Sant Joan, que estas semanas gestiona una elevadísima cifra de pasajeros. Por fortuna, no se han tenido que lamentar heridos por este incidente, que ha provocado el desprendimiento de materiales de las obras que se realizan en la infraestructura desde hace meses.
Desde AENA se informó que la incidencia se produjo después de que un escombro cayera encima del techo acristalado y rompiera el cristal protector. «Los responsables del aeropuerto ya está analizando lo ocurrido para adoptar las medidas que sean oportunas y depurar responsabilidades si fuera necesario», aseguraban fuentes oficiales de la gestión del aeródromo palmesano.
Los materiales caídos en la sala de recogida de equipajes, principalmente escombros y cristales, lo han hecho sobre unas máquinas expendedoras, que han recibido buena parte del impacto que, milagrosamente, no ha afectado a ningún pasajero ni empleado de la instalación. Alguno de los primeros planteaba presentar una reclamación ante AENA por la falta de seguridad en el recinto, donde vuelven a ponerse en el punto de mira las polémicas obras, que han sido protagonistas de otros incidentes a lo largo del pasado invierno, todos ellos saldados sin daños personales, como el de este martes, donde más allá de los materiales no ha tenido que lamentarse nada más.
De inmediato, personal de seguridad y del propio aeropuerto se han encargado de perimetrar la zona afectada por el derrumbe, calmar los ánimos y redirigir a los numerosos pasajeros que acababan de llegar a Mallorca y se han encontrado con este gran susto cerca de las cintas de recogida de equipajes, donde el estruendo a consecuencia de la rotura de la cubierta y la caída de los materiales ha generado enorme inquietud, despejada toda vez que se ha confirmado que no había personas afectadas.
La zona afectada por el incidente fue una que estaría cubierta por una superfície de vidrio sobre la que habrían caído los escombros, en un lugar y un momento en el que varias personas frecuentaban las máquinas de venta allí asignadas, y levantando una importante polvareda que ha convertido en más impactante y preocupante el momento.
Este percance no hace más de ahondar en la compleja situación derivada de las obras en el aeropuerto de Son Sant Joan, donde se han denunciado en más de una ocasión las condiciones en las que se llevan a término, a lo que se suman los percances acaecidos en diferentes momentos durante los últimos meses.
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